La combinación de variantes genéticas en proteínas inmunitarias determina el riesgo a ciertas dolencias

17.05.2011 - España

Del mismo modo que los ojos y el pelo presentan diversos colores, las proteínas también tienen variabilidad en algunos de sus rasgos. Cuando estas variantes genéticas son comunes a la población se denominan polimorfismos. Una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) revela que la combinación de determinados polimorfismos en algunas proteínas del sistema inmunitario determina el riesgo de padecer ciertas enfermedades.

Una de las vías de acción del sistema inmunitario se efectúa a través del sistema del complemento que actúa como primera barrera de defensa ante las infecciones por microorganismos. El nivel de respuesta de este sistema se regula a través de la acción de numerosas proteínas, algunas de las cuales presentan polimorfismos en ciertas características funcionales. Según el trabajo del CSIC, publicado en PNAS, determinadas combinaciones de estos polimorfismos aumentan o disminuyen la respuesta del sistema del complemento, lo que estimula el riesgo de parecer ciertas enfermedades por defecto o exceso de su actividad.

“El sistema del complemento es un arma de doble filo que requiere un control exquisito para mantener una adecuada eficacia a la hora de deshacerse de los microorganismos infecciosos sin dañar los tejidos y componentes celulares propios”, explica uno de los autores del trabajo, el investigador del Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC Santiago Rodríguez de Córdoba.

Una combinación de polimorfismos que intensifique la respuesta de este sistema provocará una predisposición a enfermedades crónicas causadas por el daño accidental de los tejidos, como la degeneración macular asociada a la edad. Sin embargo, “habrá una respuesta muy alta frente a las infecciones”, explica el investigador del CSIC. Por el contrario, una combinación que disminuya la actividad del sistema complemento aumentará la sensibilidad frente a infecciones, pero reducirá la predisposición a las enfermedades crónicas.

Las variaciones funcionales de los polimorfismos de las proteínas son muy sutiles de forma individual, pero “cuando se combinan, sus consecuencias se amplifican haciéndose muy importantes”, asegura. No obstante, a pesar de la predisposición genética a ciertas enfermedades que puede marcar una determinada acumulación de polimorfismos, “es necesario un disparador ambiental para que se desarrolle la patología, como la exposición a los agentes infecciosos y los hábitos de vida que estimulen las enfermedades crónicas como el tabaquismo y la dieta”, concluye Rodríguez de Córdoba. El trabajo del investigador del CSIC está integrado Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras.

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