Microbio del año 2023: Bacillus subtilis - para la salud y la tecnología
El Bacillus subtilis ya es indispensable en muchas industrias y se esperan muchas más innovaciones.
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Si hace una pausa para ir al baño en una estación de servicio de una autopista, se beneficiará del saludable efecto del Bacillus subtilis. Estas bacterias inofensivas forman formas permanentes (esporas) que pueden añadirse fácilmente al agua de la cisterna, donde germinan rápidamente en buenas condiciones y se multiplican con rapidez. De este modo, desplazan a otros microorganismos, normalmente de crecimiento más lento, y garantizan unas condiciones higiénicas.
Las enzimas de Bacillus subtilis se utilizan en el lavado de ropa: las amilasas, proteasas y lipasas de las cepas de Bacillus descomponen la suciedad más importante, es decir, el almidón, las proteínas y las grasas, y lo hacen a bajas temperaturas, lo que ahorra energía durante el lavado.
El microbio del año 2023 también desempeña un papel en la nutrición: Muchas personas en Asia fermentan la soja con la ayuda del Bacillus subtilis para producir alimentos tradicionales ricos en minerales y vitaminas y con un efecto beneficioso para la salud, como por ejemplo el Natto japonés. El Bacillus subtilis también se utiliza como probiótico, es decir, como microorganismo que aporta beneficios para la salud. La esporulación contribuye a este uso: Las esporas de cepas seleccionadas sobreviven al tratamiento térmico (como el de los piensos) y al ambiente ácido del estómago y el intestino delgado. En el organismo, inhiben los agentes patógenos, refuerzan la barrera intestinal y el sistema inmunitario.
Promotor de la salud
Dado que el Bacillus subtilis es robusto y crece con rapidez, convierte eficazmente los sustratos orgánicos en productos biotecnológicos. Por ello, se utiliza en numerosos procesos de producción. Por ejemplo, el Bacillus subtilis produce vitamina B2 (riboflavina), así como ácido pantoténico (vitamina B5) y ácido γ-poliglutámico, como espesante, humectante o crioprotector en las industrias alimentaria y cosmética.
El Bacillus subtilis también puede reducir el uso de antibióticos en la ganadería: Un probiótico a base de Bacillus previene una infección intestinal frecuente en avicultura. Las bacterias también refuerzan el crecimiento de las plantas, las protegen de los patógenos y ayudan a absorber los nutrientes del suelo.
Además, el Bacillus subtilis forma biopelículas complejas y robustas, conjuntos de células, azúcares y proteínas que le permiten adherirse a las superficies. Un uso interesante de las biopelículas de Bacillus subtilis es su posible aplicación en la enfermedad de Alzheimer: En modelos animales, las biopelículas protegen las células nerviosas.
Curación de grietas en el hormigón
El Bacillus subtilis también ayuda en la industria de la construcción. En el proceso de envejecimiento del hormigón, aparecen pequeñas grietas; los microbios pueden cerrarlas: forman iones de carbonato (CO₃²-) en el hormigón, toda una proeza en este entorno altamente alcalino, pobre en oxígeno y caluroso (durante el curado se alcanzan temperaturas de 60ºC). Las esporas de Bacillus subtilis se utilizan para la autocuración del hormigón: el agua que penetra por las grietas hace crecer las esporas, que forman carbonato, cerrando las grietas.
El genoma del Bacillus subtilis está muy bien documentado. Se ha reducido artificialmente a un MiniBacillus para comprender qué componentes mínimos son necesarios para la vida celular. Esto también es útil para aplicaciones biotecnológicas destinadas a producir sustancias objetivo microbianas sin subproductos. El Bacillus subtilis ya es indispensable en muchas industrias, y se esperan muchas más innovaciones.
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