Fotofarmacología: utilizar la luz para controlar los sensores de frío

Los investigadores han desarrollado una molécula que permite regular un importante canal iónico, un avance con potencial terapéutico

19.12.2024
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"Con el azo-mentol es posible, por primera vez, activar específicamente los canales TRPM8 mediante luz ultravioleta y desactivarlos de nuevo con luz azul, y hacerlo de una forma precisa y reversible espaciotemporalmente" (imagen simbólica).

Situados en la membrana celular, los canales iónicos TRPM8 son conocidos como receptores que reconocen el frío y responden al mentol, el agente refrescante de la menta. Además, estos canales influyen en la percepción del dolor y desempeñan un papel clave en numerosas enfermedades. Esto los convierte en objetivos prometedores para el desarrollo de nuevos fármacos contra el cáncer, las enfermedades metabólicas y las inflamaciones, entre otras.

Los investigadores han estado estudiando los canales iónicos TRPM8 para comprender mejor sus complejas funciones y desarrollar enfoques terapéuticos innovadores. Un equipo de investigación de la LMU dirigido por el Profesor Michael Mederos y Schnitzler (Instituto Walther Straub de Farmacología y Toxicología) y el Dr. David B. Konrad, en colaboración con el Profesor Dirk Trauner (Universidad de Pensilvania) y la Profesora Ursula Storch (Universidad de Ratisbona), ha logrado ahora un importante avance en este campo. Los investigadores han desarrollado una molécula innovadora llamada azo-mentol, capaz de controlar con precisión los canales TRPM8 mediante la luz, según informan en la revista Angewandte Chemie.

"Con el azo-mentol es posible, por primera vez, activar específicamente los canales TRPM8 mediante luz ultravioleta y desactivarlos de nuevo con luz azul, y hacerlo de una forma precisa y reversible espaciotemporalmente", subrayan Mederos y Schnitzler. El uso de la luz como herramienta para controlar procesos biológicos tiene un gran potencial terapéutico, afirman los autores. "Estos enfoques fotofarmacológicos podrían ayudar, por ejemplo, a evitar efectos secundarios sistémicos como los que surgen durante la quimioterapia convencional", señalan Mederos y Schnitzler. "En consecuencia, los avances que se están realizando en este campo abren nuevas y excitantes perspectivas para el desarrollo de terapias novedosas que podrían ser más precisas en su acción y más suaves en sus efectos".

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