La naturaleza alivia el dolor físico: se reducen las señales relacionadas con el dolor en el cerebro

Este efecto se produce incluso con la naturaleza virtual, como los vídeos de naturaleza

17.03.2025
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En un nuevo estudio, un equipo internacional de neurocientíficos dirigido por la Universidad de Viena ha demostrado que experimentar la naturaleza puede aliviar el dolor físico agudo. Sorprendentemente, el simple hecho de ver vídeos sobre la naturaleza bastó para aliviar el dolor. Mediante resonancia magnética funcional, los investigadores descubrieron que el dolor agudo se consideraba menos intenso y desagradable cuando se veían vídeos de naturaleza, junto con una reducción de la actividad cerebral asociada al dolor. Los resultados sugieren que las terapias basadas en la naturaleza pueden utilizarse como enfoques complementarios prometedores para el tratamiento del dolor. El estudio se ha publicado recientemente en la revista Nature Communications.

"El procesamiento del dolor es un fenómeno complejo", explica Max Steininger, director del estudio y estudiante de doctorado de la Universidad de Viena. Para entenderlo mejor e identificar opciones de tratamiento, Steininger y sus colegas investigaron cómo influye la exposición a la naturaleza en el dolor: a los participantes que sufrían dolor se les mostraron tres tipos de vídeos: una escena de naturaleza, una escena de interior y una escena urbana. Los participantes valoraron el dolor mientras se medía su actividad cerebral mediante resonancia magnética funcional. Los resultados fueron claros: al ver la escena de la naturaleza, los participantes no sólo manifestaron menos dolor, sino que también mostraron una menor actividad en las regiones cerebrales asociadas al procesamiento del dolor.

Al analizar los datos cerebrales, los investigadores demostraron que ver la naturaleza reducía la señal sensorial bruta que recibe el cerebro cuando siente dolor. "El dolor es como un rompecabezas, formado por diferentes piezas que se procesan de forma distinta en el cerebro. Algunas piezas del puzzle están relacionadas con nuestra respuesta emocional al dolor, como lo desagradable que nos resulta. Otras piezas corresponden a las señales físicas subyacentes a la experiencia dolorosa, como su localización en el cuerpo y su intensidad. A diferencia de los placebos, que suelen modificar nuestra respuesta emocional al dolor, ver la naturaleza cambió la forma en que el cerebro procesaba las primeras señales sensoriales brutas del dolor. Así, el efecto parece estar menos influido por las expectativas de los participantes y más por los cambios en las señales de dolor subyacentes", explica Steininger.

Claus Lamm, jefe de investigación del grupo, añade: "A partir de otro estudio en curso, sabemos que las personas afirman sistemáticamente sentir menos dolor cuando se exponen a entornos naturales. Sin embargo, hasta ahora no estaba clara la razón subyacente. Nuestro estudio sugiere que el cerebro reacciona menos tanto a la fuente física como a la intensidad del dolor".

El presente estudio aporta información importante sobre cómo la naturaleza puede ayudar a aliviar el dolor y pone de relieve que los enfoques terapéuticos basados en la naturaleza pueden ser un complemento útil para el tratamiento del dolor. El hecho de que este efecto se observara simplemente viendo vídeos de naturaleza sugiere que puede no ser necesario dar un paseo al aire libre. La naturaleza virtual -como los vídeos o la realidad virtual- también parece ser eficaz. Esto abre un amplio abanico de posibles aplicaciones tanto en el sector privado como en el médico, al ofrecer a la gente una forma sencilla y accesible de aliviar su dolor.

El estudio se realizó en la Universidad de Viena en colaboración con investigadores de las Universidades de Exeter y Birmingham (Reino Unido) y el Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano.

Investigadores de los campos de la neurociencia y la psicología ambiental trabajaron juntos en este tema de investigación por primera vez en la Universidad de Viena. Claus Lamm y Mathew White son también miembros del Centro interdisciplinar de Investigación sobre el Medio Ambiente y el Clima (ECH) de la Universidad de Viena. El ECH reúne a investigadores de un amplio abanico de disciplinas para producir conocimientos científicos sobresalientes que puedan aportar soluciones a problemas acuciantes como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación ambiental.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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