Cómo las células generan calor quemando calorías

"Las personas que entrenan su grasa parda mediante la exposición regular al frío son más delgadas y menos propensas a desarrollar diabetes y enfermedades cardiovasculares"

18.09.2024
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Unas células grasas especiales conocidas como adipocitos marrones ayudan a mantener la temperatura corporal convirtiendo los nutrientes ricos en calorías en calor. Esto protege del sobrepeso y los trastornos metabólicos. Un equipo internacional de investigadores dirigido por el profesor Alexander Bartelt, del Instituto de Prevención Cardiovascular (IPEK), ha descifrado un nuevo mecanismo que aumenta la respiración y la actividad metabólica de los adipocitos marrones. Los investigadores esperan que este descubrimiento dé lugar a nuevos enfoques que utilicen la grasa parda contra las enfermedades metabólicas. Sus resultados se han publicado recientemente en The EMBO Journal.

Los adipocitos marrones atacan los depósitos de grasa

La activación de las células que queman grasa hace perder peso. Cuando hace frío, los adipocitos marrones extraen su combustible de la grasa almacenada, ya que la termogénesis requiere muchas calorías. "Las personas que entrenan su grasa parda mediante la exposición regular al frío son más delgadas y menos propensas a desarrollar diabetes y enfermedades cardiovasculares", afirma Bartelt. Las células de grasa parda son especialmente ricas en mitocondrias, las centrales energéticas donde tiene lugar la respiración celular. Sin embargo, la ciencia aún no comprende suficientemente cómo las células de grasa parda impulsan el metabolismo como para poder desarrollar nuevas terapias.

El frío estimula la termogénesis

El truco molecular de las células de grasa parda es la proteína desacoplante-1, que facilita que se genere calor en lugar de ATP, el producto convencional de la respiración celular. "La elevada actividad metabólica de las células de grasa parda también debe influir en la producción de ATP", dice Bartelt, "y nuestra hipótesis era que este proceso estaría regulado por el frío". Junto con colegas brasileños de São Paulo, los investigadores identificaron el "factor inhibidor 1", que garantiza el mantenimiento de la producción de ATP en lugar de la termogénesis. Cuando la temperatura baja, los niveles del factor inhibitorio 1 descienden y puede producirse la termogénesis. Cuando se aumenta artificialmente, el factor inhibitorio 1 interrumpe la activación de la grasa parda en el frío.

Estos hallazgos se obtuvieron en mitocondrias aisladas, células cultivadas y un modelo animal. "Aunque hemos encontrado una pieza importante del rompecabezas para entender la termogénesis, las aplicaciones terapéuticas están aún muy lejos", explica el Dr. Henver Brunetta, que dirigió el estudio. Según los autores, la mayoría de la gente utiliza muy poco su grasa parda y ésta queda inactiva. Los resultados del nuevo estudio indican que existen interruptores moleculares que permiten a las mitocondrias de las células de grasa parda funcionar mejor. Bartelt y sus colegas planean desarrollar este descubrimiento. "Lo ideal sería encontrar nuevas formas, basadas en nuestros datos, de restablecer también la aptitud de las mitocondrias de las células de grasa blanca, ya que la mayoría de la gente tiene muchas, si no demasiadas", concluye Bartelt.

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