El cerebro crea tres copias para un solo recuerdo

21.08.2024

La capacidad de convertir las experiencias en recuerdos nos permite aprender del pasado y utilizar lo aprendido como modelo para responder adecuadamente a nuevas situaciones. Por eso, como el mundo que nos rodea cambia, este modelo de memoria no puede ser simplemente un archivo fijo de los viejos tiempos. Por el contrario, debe ser dinámico, cambiar con el tiempo y adaptarse a las nuevas circunstancias para ayudarnos a predecir mejor el futuro y seleccionar el mejor curso de acción. Cómo podía el cerebro regular la dinámica de una memoria era un misterio, hasta que se descubrieron las copias múltiples de memoria.

Biozentrum, University of Basel

Las neuronas tempranas (magenta) del hipocampo crean una copia de larga duración de un recuerdo.

El grupo de investigación del profesor Flavio Donato, del Biozentrum de la Universidad de Basilea, utiliza modelos de ratón para investigar cómo se almacenan los recuerdos en el cerebro y cómo cambian a lo largo de la vida. Su equipo ha revelado ahora que en el hipocampo, una región del cerebro responsable del aprendizaje a partir de la experiencia, un único acontecimiento se almacena en copias de memoria paralelas entre al menos tres grupos distintos de neuronas, que surgen en diferentes etapas durante el desarrollo embrionario.

Las copias de memoria van y vienen, y cambian con el tiempo

Las primeras neuronas en llegar durante el desarrollo son las responsables de la persistencia de la memoria a largo plazo. De hecho, aunque al principio su copia de memoria es demasiado débil para que el cerebro pueda acceder a ella, se hace cada vez más fuerte con el paso del tiempo. También en los humanos, el cerebro puede tener acceso a esa memoria sólo algún tiempo después de su codificación.

Por el contrario, la copia de memoria del mismo acontecimiento creada por las neuronas nacidas más tarde es muy fuerte al principio, pero se desvanece con el tiempo, de modo que si se espera lo suficiente, dicha copia se vuelve inaccesible para el cerebro. En el término medio, entre las neuronas que surgen entre los dos extremos durante el desarrollo, se observa una copia más estable.

Sorprendentemente, qué copia se utiliza también podría estar relacionado con lo fácil que es cambiar un recuerdo, o utilizarlo para crear uno nuevo. Los recuerdos almacenados durante poco tiempo tras su adquisición por las neuronas tardías pueden modificarse y reescribirse. Esto significa que recordar una situación poco después de que haya sucedido prepara a las neuronas tardías para activarse e integrar la información presente en la memoria original. Por el contrario, recordar el mismo suceso después de mucho tiempo hace que las neuronas precoces se reactiven para recuperar su copia, pero la memoria asociada ya no puede modificarse fácilmente. "La forma dinámica en que se almacenan los recuerdos en el cerebro es una prueba de su plasticidad, que sustenta su enorme capacidad de memoria", afirma el primer autor, Vilde Kveim.

Las memorias flexibles permiten un comportamiento adecuado

El equipo de investigación de Flavio Donato ha demostrado así que la activación de copias específicas de la memoria y su sincronización podrían tener consecuencias significativas sobre cómo recordamos, cambiamos y utilizamos nuestros recuerdos. "El reto al que se enfrenta el cerebro con la memoria es impresionante. Por un lado, debe recordar lo que ocurrió en el pasado para ayudarnos a entender el mundo en que vivimos. Por otro, tiene que adaptarse a los cambios que se producen a nuestro alrededor, y lo mismo deben hacer nuestros recuerdos, para ayudarnos a tomar decisiones adecuadas para nuestro futuro", afirma Flavio Donato.

La persistencia a través de la dinámica es un acto delicado que hay que equilibrar y para el que ahora podríamos tener un punto de entrada para comprenderlo plenamente". Los investigadores esperan que, algún día, comprender qué impulsa a los recuerdos a codificarse y modificarse en el cerebro podría ayudar a suavizar aquellos recuerdos que son patológicamente intrusivos en nuestra vida cotidiana, o a recuperar algunos que creíamos perdidos para siempre.

La capacidad de convertir las experiencias en recuerdos nos permite aprender del pasado y utilizar lo aprendido como modelo para responder adecuadamente a nuevas situaciones. Por eso, como el mundo que nos rodea cambia, este modelo de memoria no puede ser simplemente un archivo fijo de los buenos viejos tiempos. Por el contrario, debe ser dinámico, cambiar con el tiempo y adaptarse a las nuevas circunstancias para ayudarnos a predecir mejor el futuro y seleccionar el mejor curso de acción. Cómo podía el cerebro regular la dinámica de una memoria era un misterio, hasta que se descubrieron las copias múltiples de memoria.

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