Los productos químicos domésticos comunes suponen una nueva amenaza para la salud cerebral

Una investigación demuestra que las sustancias químicas de innumerables artículos domésticos dañan las células especializadas del cerebro

03.04.2024
Computer-generated image

Imagen simbólica

Un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve ha aportado nuevos datos sobre los peligros que suponen para la salud cerebral algunas sustancias químicas habituales en el hogar. Sugieren que las sustancias químicas presentes en una amplia gama de artículos, desde muebles a productos para el cabello, pueden estar relacionadas con enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple y los trastornos del espectro autista.

Los problemas neurológicos afectan a millones de personas, pero sólo una fracción de los casos puede atribuirse exclusivamente a la genética, lo que indica que factores ambientales desconocidos contribuyen de forma importante a las enfermedades neurológicas.

El nuevo estudio publicado en la revista Nature Neuroscience, descubrió que algunas sustancias químicas domésticas comunes afectan específicamente a los oligodendrocitos del cerebro, un tipo celular especializado que genera el aislamiento protector alrededor de las células nerviosas.

"La pérdida de oligodendrocitos está en la base de la esclerosis múltiple y otras enfermedades neurológicas", afirma el investigador principal del estudio, Paul Tesar, Catedrático Dr. Donald y Ruth Weber Goodman de Terapéutica Innovadora y director del Instituto de Ciencias Gliales de la Facultad de Medicina. "Ahora demostramos que sustancias químicas específicas presentes en productos de consumo pueden dañar directamente los oligodendrocitos, lo que representa un factor de riesgo de enfermedad neurológica no reconocido hasta ahora".

Partiendo de la premisa de que no se ha investigado suficientemente a fondo el impacto de las sustancias químicas en la salud cerebral, los investigadores analizaron más de 1.800 sustancias químicas a las que pueden estar expuestos los seres humanos. Identificaron que las sustancias químicas que dañaban selectivamente los oligodendrocitos pertenecían a dos clases: los retardantes de llama organofosforados y los compuestos de amonio cuaternario. Dado que los compuestos de amonio cuaternario están presentes en muchos productos de cuidado personal y desinfectantes, que se utilizan con más frecuencia desde que comenzó la pandemia de COVID-19, los seres humanos están expuestos regularmente a estas sustancias químicas. Y muchos productos electrónicos y muebles incluyen retardantes de llama organofosforados.

Los investigadores utilizaron sistemas celulares y organoides en el laboratorio para demostrar que los compuestos de amonio cuaternario provocan la muerte de los oligodendrocitos, mientras que los retardantes de llama organofosforados impiden la maduración de los oligodendrocitos.

Demostraron cómo las mismas sustancias químicas dañan los oligodendrocitos en los cerebros en desarrollo de ratones. Los investigadores también relacionaron la exposición a una de las sustancias químicas con malos resultados neurológicos en niños a nivel nacional.

"Descubrimos que los oligodendrocitos -pero no otras células cerebrales- son sorprendentemente vulnerables a los compuestos de amonio cuaternario y a los retardantes de llama organofosforados", afirma Erin Cohn, autora principal y estudiante de posgrado del Programa de Formación de Científicos Médicos de la Facultad de Medicina. "Comprender la exposición humana a estas sustancias químicas puede ayudar a explicar un eslabón perdido en cómo surgen algunas enfermedades neurológicas".

La relación entre la exposición humana a estas sustancias químicas y los efectos sobre la salud cerebral requiere más investigación, advirtieron los expertos. Las investigaciones futuras deben rastrear los niveles de sustancias químicas en el cerebro de adultos y niños para determinar la cantidad y duración de la exposición necesarias para causar o empeorar la enfermedad.

"Nuestros hallazgos sugieren que es necesario un examen más exhaustivo de los efectos de estas sustancias químicas domésticas comunes sobre la salud cerebral", afirmó Tesar. "Esperamos que nuestro trabajo contribuya a tomar decisiones informadas sobre medidas reguladoras o intervenciones conductuales para minimizar la exposición a sustancias químicas y proteger la salud humana".

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

Publicación original

Más noticias del departamento ciencias

Noticias más leídas

Más noticias de nuestros otros portales

Tan cerca que
incluso las moléculas
se vuelven rojas...