Descubierto un mecanismo protector en la formación de los recuerdos del miedo
Puntos de partida para nuevas terapias
Los recuerdos del miedo son cruciales para la supervivencia de un organismo. Desencadenan reacciones apropiadas que permiten la adaptación al entorno. Sin embargo, las experiencias traumáticas pueden desencadenar fuertes recuerdos de miedo, que pueden provocar enfermedades mentales como el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Investigadores del Instituto Central de Salud Mental (CIMH) y de la Universidad de Heidelberg han descubierto ahora un mecanismo biológico que podría desempeñar un papel en la regulación de la resiliencia ante acontecimientos vitales adversos. El estudio ha sido financiado por la Fundación Alemana para la Investigación (DFG) y se ha publicado en la revista Molecular Psychiatry.
El TEPT se caracteriza, entre otros rasgos, por reacciones de miedo desproporcionadas ante situaciones no relacionadas con el suceso traumático original. Las terapias para tratar estas afecciones incluyen la terapia de exposición basada en la extinción de los recuerdos de miedo, pero a menudo resultan infructuosas. El grupo de investigación de la Dra. Ana M. M. Oliveira, Jefa del Departamento de Investigación en Cognición Molecular y Celular del CIMH, investigó los procesos biológicos que pueden prevenir la formación de fuertes recuerdos de miedo.
Los científicos descubrieron que la formación de recuerdos de miedos fuertes implica un proceso molecular único que no está presente en la consolidación de los recuerdos de miedos débiles. En experimentos con ratones, descubrieron que experimentar un acontecimiento aversivo conduce a dos fases de alta concentración de la proteína Npas4 en el cerebro del ratón. En cambio, un acontecimiento ligeramente aversivo sólo desencadenaba una fase. Curiosamente, los autores también descubrieron que la segunda fase parece funcionar como una interrupción que impide que se formen recuerdos de miedo muy intensos. Estos resultados sugieren que el cerebro está dotado de un mecanismo que ajusta la intensidad del recuerdo de un acontecimiento aversivo, un hallazgo nuevo.
En concreto, los neurocientíficos pudieron demostrar que el bloqueo de la segunda fase de los niveles de Npas4 conducía a una memoria del miedo más fuerte, resistente a la extinción de la memoria del miedo y con más probabilidades de desencadenar respuestas de miedo desproporcionadas. Por el contrario, la fuerza de la memoria del miedo disminuía cuando se inducía artificialmente la segunda fase de los niveles de Npas4. Además, los ratones mostraron respuestas de miedo más bajas ante situaciones que no guardaban relación con la experiencia traumática original.
La proteína Npas4 desempeña un papel crucial en la comunicación entre neuronas. En su estudio, los investigadores demuestran que el aumento bifásico de los niveles de la proteína Npas4 en el cerebro tras un acontecimiento traumático conduce a una mayor presencia del neurotransmisor GABA, responsable de amortiguar la actividad neuronal. Los científicos sospechan que esta regulación de la actividad neuronal es el proceso por el que Npas4 controla la memoria del miedo.
"En futuros estudios, será importante entender por qué y cómo este mecanismo protector intrínseco a veces se elude y siguen surgiendo recuerdos patológicos", afirma la Dra. Ana M. M. Oliveira. "En general, nuestro estudio revela una diana molecular que puede aprovecharse para el desarrollo de terapias novedosas para trastornos psiquiátricos".
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