Las células T asesinas favorecen la regeneración tisular
¿Qué factores intervienen en esta sorprendente propiedad curativa?
LIT
Una de las principales funciones del sistema inmunitario es defender al organismo contra las infecciones o el cáncer. Esta tarea la llevan a cabo eficazmente las células inmunitarias conocidas como células T asesinas. Estas células poseen la capacidad de destruir las células del cuerpo que están, por ejemplo, infectadas por virus o transformadas en células tumorales. Sin embargo, ¿qué ocurre tras la destrucción de las células infectadas del organismo? ¿Cómo se repara el daño tisular resultante de la destrucción de las células diana y se restablece la función de los órganos? La División de Inmunología del LIT examinó detalladamente estas cuestiones.
"En experimentos de cicatrización de heridas con células T asesinas específicas de virus humanos observamos que, tras la destrucción de las células infectadas, las células vecinas empezaban a dividirse y a rellenar el hueco", describe Michael Delacher, uno de los autores principales del estudio. En los experimentos, se creó una herida en una capa de células sembradas. Los sobrenadantes de cultivo de células T asesinas activadas hicieron que esta herida se cerrara rápidamente. "Esto indica que los factores solubles producidos por las células T asesinas durante la destrucción de las células infectadas favorecen la cicatrización de las células tisulares restantes", explica la autora principal, Lisa Schmidleithner.
¿Qué factores intervienen en esta sorprendente propiedad curativa? Los autores descubrieron que factores de crecimiento como la anfiregulina intervienen en el efecto cicatrizante. Las células T asesinas humanas pueden producir estos factores de crecimiento y estimular a otras células del tejido para que también los produzcan. Además de estos factores de crecimiento, los mensajeros inmunitarios "clásicos", como el factor de necrosis tumoral y el interferón gamma, pueden potenciar el efecto de la anfiregulina y favorecer la cicatrización de las heridas.
Para comprender mejor el impacto de los efectos regenerativos de las células T asesinas, se co-cultivaron mini-órganos humanos, llamados organoides, con células T asesinas. "Observamos que el número y tamaño de estos organoides aumentaba significativamente cuando estaban presentes células T asesinas activadas o sus factores de crecimiento liberados", informa el autor principal Philipp Stüve. Esto sugiere que los procesos de cicatrización mediados por células T asesinas pueden influir en procesos de regeneración complejos".
Además de estos efectos positivos sobre la regeneración de tejidos y la cicatrización de heridas, los mismos factores de crecimiento derivados de las células T asesinas podrían promover enfermedades como el cáncer. "De hecho, en experimentos posteriores, observamos que los factores producidos por las células T asesinas activadas también potenciaban el crecimiento de células tumorales", informa Malte Simon, uno de los autores principales del estudio.
¿Qué significan estos resultados para futuras investigaciones?
"Nuestros datos sugieren que las células T asesinas no sólo destruyen las células patológicamente alteradas, sino que también inician la regeneración tisular subsiguiente", explica Markus Feuerer, autor principal del estudio. Este mecanismo podría ser útil en el contexto de las infecciones víricas para promover el cierre de la herida tras la destrucción de las células infectadas y restaurar así la funcionalidad del tejido. Sin embargo, en el contexto de las enfermedades tumorales, podría favorecer el crecimiento de células tumorales no destruidas. Las futuras investigaciones del LIT deben aclarar ahora cómo separar la capacidad de destrucción de la función de cicatrización de heridas de las células T asesinas. Un posible enfoque es mediante las denominadas terapias con células T CAR, en las que las células T asesinas se optimizan genéticamente para destruir mejor los tumores. En el proceso de ingeniería celular, podría ser posible eliminar la capacidad de cicatrización de heridas de las células T asesinas.
El Instituto Leibniz de Inmunoterapia (LIT) es un instituto de la Asociación Leibniz situado en Ratisbona (Alemania). Nuestra misión es desarrollar terapias innovadoras para el tratamiento del cáncer, la autoinmunidad y la inflamación crónica. Reprogramando las células inmunitarias mediante estrategias sintéticas y farmacológicas, creamos células que salvan vidas.
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