Las células inmunitarias marcan su propio camino
Los científicos muestran cómo las células inmunitarias migran a lo largo de gradientes autogenerados
© Jonna Alanko, ISTA/Science Immunology
Las amenazas inmunológicas, como los gérmenes o las toxinas, pueden surgir en cualquier parte del cuerpo humano. Por suerte, el sistema inmunitario -nuestro propio escudo protector- tiene sus intrincadas formas de hacer frente a estas amenazas. Por ejemplo, un aspecto crucial de nuestra respuesta inmunitaria consiste en el movimiento colectivo coordinado de las células inmunitarias durante la infección y la inflamación. Pero, ¿cómo saben nuestras células inmunitarias qué camino tomar?
Un grupo de científicos del grupo Sixt y del grupo Hannezo del Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria (ISTA) abordó esta cuestión. En su estudio, publicado en Science Immunology, los investigadores arrojan luz sobre la capacidad de las células inmunitarias para migrar colectivamente a través de entornos complejos.
Células dendríticas: los mensajeros
Las células dendríticas (CD) son uno de los elementos clave de nuestra respuesta inmunitaria. Funcionan como mensajeras entre la respuesta innata -la primera reacción del organismo ante un invasor- y la respuesta adaptativa -una reacción retardada que se dirige a gérmenes muy específicos y crea memorias para combatir futuras infecciones-. Como detectives, las CD exploran los tejidos en busca de intrusos. Una vez que localizan un foco de infección, se activan y migran inmediatamente a los ganglios linfáticos, donde entregan el plan de batalla e inician los siguientes pasos de la cascada.
Su migración hacia los ganglios linfáticos está guiada por quimiocinas -pequeñas proteínas de señalización liberadas por los ganglios linfáticos- que establecen un gradiente. En el pasado, se creía que las DC y otras células inmunitarias reaccionaban a este gradiente externo, desplazándose hacia una mayor concentración. Sin embargo, nuevas investigaciones llevadas a cabo en la ISTA cuestionan esta idea.
Un receptor, dos funciones
Los científicos examinaron detenidamente un receptor, una estructura superficial de las CD activadas denominada "CCR7". La función esencial del CCR7 es unirse a una molécula específica de los ganglios linfáticos (CCL19), que desencadena los siguientes pasos de la respuesta inmunitaria. "Descubrimos que CCR7 no sólo detecta CCL19, sino que también contribuye activamente a configurar la distribución de las concentraciones de quimiocinas", explica Jonna Alanko, antigua postdoctoranda del laboratorio de Michael Sixt.
Utilizando distintas técnicas experimentales, demostraron que cuando las DC migran, absorben e internalizan quimiocinas a través del receptor CCR7, lo que provoca una disminución local de la concentración de quimiocinas. Con menos moléculas señalizadoras a su alrededor, se desplazan más lejos hacia concentraciones más elevadas de quimiocinas. Esta doble función permite a las células inmunitarias generar sus propias señales de orientación para orquestar su migración colectiva con mayor eficacia.
El movimiento depende de la población celular
Para comprender cuantitativamente este mecanismo a escala multicelular, Alanko y sus colegas colaboraron con los físicos teóricos Edouard Hannezo y Mehmet Can Ucar, también del ISTA. Gracias a su experiencia en el movimiento y la dinámica celular, crearon simulaciones por ordenador capaces de reproducir los experimentos de Alanko. Con estas simulaciones, los científicos predijeron que el movimiento de las células dendríticas no sólo depende de sus respuestas individuales a la quimioquina, sino también de la densidad de la población celular. "Se trataba de una predicción sencilla pero no trivial: cuantas más células haya, más agudo será el gradiente que generen, lo que pone de manifiesto la naturaleza colectiva de este fenómeno", afirma Can Ucar.
Además, los investigadores descubrieron que las células T -células inmunitarias específicas que destruyen los gérmenes nocivos- también se benefician de esta interacción dinámica para mejorar su propio movimiento direccional. "Estamos ansiosos por averiguar más sobre este novedoso principio de interacción entre poblaciones celulares con los proyectos en curso", prosigue el físico.
Potenciar la respuesta inmunitaria
Los descubrimientos suponen un paso adelante en la forma en que las células se mueven dentro de nuestro cuerpo. En contra de lo que se creía hasta ahora, las células inmunitarias no sólo responden a las quimiocinas, sino que desempeñan un papel activo en la configuración de su propio entorno consumiendo estas señales químicas. Esta regulación dinámica de las señales constituye una elegante estrategia para guiar sus propios movimientos y los de otras células inmunitarias.
Esta investigación tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión de cómo se coordinan las respuestas inmunitarias dentro del organismo. Al descubrir estos mecanismos, los científicos podrían diseñar nuevas estrategias para mejorar el reclutamiento de células inmunitarias en lugares específicos, como células tumorales o zonas infectadas.
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