La fluidez predice la agresividad de los tumores cancerosos
A lo largo de la historia, los médicos han palpado zonas endurecidas sospechosas bajo la piel de sus pacientes. Científicos de la clínica universitaria Charité de Berlín y de la Universidad de Leipzig, en colaboración con radiólogos especialistas en diagnóstico clínico y biofísicos, han demostrado ahora que esta antigua técnica de exploración es un método de diagnóstico que sigue siendo prometedor de cara al futuro. Han descubierto que la consistencia de un tumor puede influir decisivamente en la evolución de un cáncer, y acaban de publicar sus hallazgos en la prestigiosa revista "Advanced Science".
El primer paso consistió en que el equipo de Radiología Experimental de la Charité, dirigido por el Prof. Ingolf Sack, desarrollara una novedosa técnica de imagen denominada tomoelastografía. Gracias a ella, los científicos pueden cartografiar las propiedades mecánicas de los tumores y el tejido circundante mediante resonancia magnética. Después de que los radiólogos recopilaran una gran cantidad de datos de pacientes sobre la rigidez y fluidez cambiantes de los tumores cancerosos, el equipo de biofísicos del Prof. Josef Käs, de la Universidad de Leipzig, examinó más de cerca la micromecánica de los tumores. A continuación, Käs y sus colegas compararon los datos de Charité con las propiedades de fluidos de células individuales y explantes de muestras tumorales, recibidos de sus colaboradores del Centro Médico de la Universidad de Leipzig. "Encontramos patrones sorprendentemente coherentes entre los cambios en las propiedades mecánicas de los materiales de los tumores y su creciente agresividad", dijo Käs.
Frank Sauer, autor principal del estudio y miembro del equipo de Käs, explicó que estos patrones mecánicos son más complicados que la simple diferenciación entre tejido rígido y blando. Mientras que los resultados de la palpación tienden a nombrar una de estas dos posibilidades, la tomoelastografía permite una medición graduada adicional del cambio de comportamiento sólido a fluido con precisión hasta el nivel de píxel. "Si las células del tejido cambian de lugar, como en el agua corriente, todo el tumor adquiere un mayor grado de fluidez", afirma Sauer.
En el pasado, Käs y su equipo demostraron que en los tumores cancerosos existen precisamente este tipo de "ríos celulares", aunque el tumor en su conjunto se perciba como un bulto rígido. Ahora, el equipo de Sack en Charité ha podido medir por primera vez estos enlaces fundamentales en pacientes y utilizar la información para el diagnóstico. Sauer explicó que la evaluación de la fluidez, dureza y textura de un bulto mediante tomoelastografía podría permitir un diagnóstico más preciso del cáncer y, por tanto, ayudar a los pacientes a recibir opciones de tratamiento adaptadas. El estudio se evaluará ahora en otros estudios clínicos piloto para poder utilizarlo en diagnósticos radiológicos.
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