Potencial protector de la progesterona contra el Parkinson
"Hay esperanzas de que los enfoques terapéuticos basados en esteroides puedan ayudar a ralentizar o incluso detener las enfermedades neurodegenerativas"
© RUB, Marquard
Las células nerviosas del tracto gastrointestinal se comunican con las del cerebro y la médula espinal. Esto sugiere que el sistema nervioso del tracto digestivo podría influir en los procesos cerebrales que conducen al Parkinson. Paula Neufeld y Lennart Stegemann, estudiantes de doctorado en Medicina del Departamento de Citología de la Facultad de Medicina de la Universidad del Ruhr de Bochum (Alemania), fueron los primeros en detectar receptores de progesterona en las células nerviosas del tracto gastrointestinal y demostraron que la progesterona protege las células. Sus hallazgos abren perspectivas para el desarrollo de nuevos enfoques terapéuticos neuroprotectores para contrarrestar enfermedades como el Parkinson y el Alzheimer. El estudio se publicó en la revista Cells el 21 de abril de 2023.
El segundo cerebro
El sistema nervioso entérico (SNE) es una compleja red que se extiende a lo largo de todo el tracto gastrointestinal. Está formado por unos 100 millones de células nerviosas, controla de forma autónoma los procesos digestivos y suele denominarse el segundo cerebro de los humanos. Pero su función va mucho más allá de la digestión: investigaciones recientes han demostrado que el SNE se comunica estrechamente con el sistema nervioso central (SNC), es decir, el cerebro y la médula espinal. "La comunicación entre el SNE y el SNC está asociada actualmente a la patogénesis de diversas enfermedades neurológicas como el Parkinson y el Alzheimer, así como a la depresión", explica el profesor Carsten Theiß, Jefe del Departamento de Citología de la Universidad del Ruhr de Bochum. El eje intestino-cerebro no es unidireccional; ambos sistemas nerviosos se influyen mutuamente.
La dieta influye directamente en el microbioma intestinal, que a su vez interactúa con el sistema nervioso central. Los estudios demuestran que la composición del microbioma también puede afectar al SNC a través del eje intestino-cerebro, especialmente a través del nervio vago, y favorecer enfermedades como el Parkinson. Por lo tanto, una dieta equilibrada no sólo puede contribuir a preservar las células nerviosas del intestino, sino que también puede retrasar la enfermedad de Parkinson durante muchos años o incluso prevenirla por completo.
El efecto protector de la progesterona
Los estudiantes de doctorado en medicina Paula Neufeld y Lennart Stegemann han demostrado ahora con éxito un efecto protector de la hormona esteroide natural progesterona sobre las células nerviosas del SNE. En una serie de experimentos, el dúo cultivó células nerviosas del SNE durante varias semanas y las trató con una toxina celular para simular condiciones dañinas similares a la enfermedad de Parkinson. Descubrieron que las células nerviosas tratadas adicionalmente con progesterona morían con una frecuencia significativamente menor que las no tratadas.
Paula Neufeld señala la importancia de su descubrimiento: "Nuestra investigación aporta datos importantes para completar nuestros conocimientos básicos sobre la función de los receptores de progesterona en el sistema nervioso entérico. Esto abre vías completamente nuevas para estudiar los mecanismos de acción neuroprotectora de la progesterona dentro y fuera del tracto intestinal." Lennart Stegemann añade que "este estudio podría allanar el camino para nuevos enfoques terapéuticos basados en hormonas esteroideas. También existe la esperanza de que los enfoques terapéuticos basados en esteroides puedan ayudar a ralentizar o incluso detener las enfermedades neurodegenerativas".
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