Científicos descubren que los aditivos alimentarios inorgánicos podrían hacer a los bebés más vulnerables a las alergias
las nanopartículas orgánicas podrían atravesar la barrera placentaria y llegar a la leche materna, predisponiendo potencialmente a los bebés a las alergias alimentarias
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"Debido a las propiedades inmunotóxicas y biocidas de las nanopartículas, la exposición a ellas puede alterar los intercambios beneficiosos entre la microbiota intestinal y la del huésped e interferir en el desarrollo de la barrera intestinal y del sistema inmunitario asociado al intestino en el feto y el neonato", afirma Karine Adel-Patient, autora del estudio. "Esto puede estar relacionado con la epidemia de trastornos relacionados con el sistema inmunitario en los niños, como las alergias alimentarias, un importante problema de salud pública".
Aumentan las alergias
Las alergias alimentarias se producen cuando el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada a las proteínas de los alimentos. Los niños suelen desarrollar tolerancia oral, lo que les permite comer sin que su organismo considere las proteínas alimentarias como una amenaza, pero si el sistema inmunitario o la barrera intestinal están comprometidos, pueden sensibilizarse y desarrollar una reacción alérgica.
Las alergias alimentarias afectan al 2-5% de los adultos y al 6-8% de los niños, y su prevalencia ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. Sabemos que los factores ambientales desempeñan un papel importante en el desarrollo de las alergias, y la mayor prevalencia en los niños sugiere que los factores ambientales en las primeras etapas de la vida son probablemente clave. Las prácticas alimentarias y el entorno afectan a la salud intestinal de los niños pequeños, y la privación de microbiota intestinal y de una amplia gama de proteínas alimentarias puede afectar al desarrollo de la tolerancia oral.
Nanopartículas transmitidas
Para entender cómo las nanopartículas pueden alterar este delicado equilibrio, el equipo se centró en tres aditivos con nanopartículas que se encuentran habitualmente en los alimentos.
"Estos agentes pueden atravesar la barrera placentaria y llegar al feto en desarrollo", explica Adel-Patient. "También se sugiere su excreción en la leche, lo que sigue exponiendo al neonato".
Aunque se ha demostrado que las nanopartículas atraviesan la placenta en roedores, también hay pruebas de que los aditivos atraviesan la placenta en humanos. Las nanopartículas no se absorben en el intestino, pero se acumulan en él y afectan a las bacterias presentes en el microbioma intestinal, modificando el número de especies presentes y sus proporciones. Dadas las pruebas de la importancia del microbioma intestinal en el desarrollo de un sistema inmunitario bien educado, esto es preocupante para el desarrollo de alergias. Las nanopartículas también afectan a la barrera intestinal epitelial, que es otro componente esencial de una reacción saludable a las proteínas alimentarias.
Las pruebas de inmunotoxicidad son más difíciles de reunir, pero el equipo señaló las pruebas de que el tejido linfoide asociado al intestino en humanos también se ve afectado negativamente por estas nanopartículas. Esto sugiere que el efecto sobre el sistema inmunitario es mayor de lo que se cree actualmente, en consonancia con las pruebas obtenidas en estudios con roedores. Sin embargo, estos suelen reflejar una dosis proporcionalmente mayor que la estimada para el consumo humano.
"Hasta la fecha no se ha evaluado el impacto de dicha exposición en el desarrollo de la alergia alimentaria", advirtió Adel-Patient. "Nuestra revisión subraya la necesidad urgente de que los investigadores evalúen el riesgo relacionado con la exposición a nanopartículas inorgánicas de origen alimentario durante una ventana crítica de susceptibilidad y su impacto en la salud infantil".
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