Los compuestos del lúpulo de la cerveza podrían proteger contra el Alzheimer
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La EA es una enfermedad neurodegenerativa debilitante, a menudo marcada por la pérdida de memoria y los cambios de personalidad en los adultos mayores. Parte de la dificultad para tratar la enfermedad es el tiempo que transcurre entre el inicio de los procesos bioquímicos subyacentes y la aparición de los síntomas, con varios años de diferencia. Esto significa que se producen daños irreversibles en el sistema nervioso antes de que uno se dé cuenta de que puede tener la enfermedad. Por ello, cada vez son más interesantes las estrategias preventivas y terapéuticas que pueden intervenir antes de que aparezcan los síntomas.
Una de estas estrategias es la de los "nutracéuticos", es decir, los alimentos que tienen algún tipo de función medicinal o nutricional. Las flores de lúpulo utilizadas para aromatizar las cervezas han sido exploradas como uno de estos potenciales nutracéuticos, con estudios previos que sugieren que la planta podría interferir con la acumulación de proteínas beta amiloides asociadas a la EA. Por ello, Cristina Airoldi, Alessandro Palmioli y sus colegas querían investigar qué compuestos químicos del lúpulo tenían este efecto.
Para identificar estos compuestos, los investigadores crearon y caracterizaron extractos de cuatro variedades comunes de lúpulo mediante un método similar al utilizado en el proceso de elaboración de la cerveza. En las pruebas, descubrieron que los extractos tenían propiedades antioxidantes y podían evitar que las proteínas beta amiloides se aglutinaran en las células nerviosas humanas. El extracto que más éxito tuvo fue el del lúpulo Tettnang, que se encuentra en muchos tipos de lagers y cervezas ligeras. Cuando ese extracto se separó en fracciones, la que contenía un alto nivel de polifenoles mostró la actividad antibiótica y de inhibición de la agregación más potente. También fomentó los procesos que permiten al organismo eliminar las proteínas mal plegadas y neurotóxicas. Por último, el equipo probó el extracto de Tettnang en un modelo de C. elegans y descubrió que protegía a los gusanos de la parálisis relacionada con la EA, aunque el efecto no era muy pronunciado. Los investigadores afirman que, aunque este trabajo no justifica que se beban más cervezas amargas, demuestra que los compuestos del lúpulo podrían servir de base a nutracéuticos que combatan el desarrollo de la EA.
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