Una nueva arma contra las bacterias resistentes a los antibióticos

Un equipo de la UNIGE revela que un fármaco utilizado contra el herpes puede combatir una bacteria resistente a la mayoría de los antibióticos al debilitar sus mecanismos de defensa

09.11.2022 - Suiza

El uso desmedido de los antibióticos ha empujado a las bacterias a desarrollar mecanismos de resistencia a este tipo de tratamientos. Este fenómeno, conocido como resistencia a los antibióticos, es considerado actualmente por la OMS como una de las mayores amenazas para la salud. La falta de tratamiento contra las bacterias multirresistentes podría devolvernos a una época en la que millones de personas morían de neumonía o salmonela. La bacteria Klebsiella pneumoniae, muy frecuente en los hospitales y especialmente virulenta, es uno de los patógenos contra los que nuestras armas se están volviendo poco eficaces. Un equipo de la Universidad de Ginebra (UNIGE) ha descubierto que la edoxudina, una molécula antiherpética descubierta en los años 60, debilita la superficie protectora de la bacteria Klebsiella y la hace más fácil de eliminar para las células inmunitarias.

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La Klebsiellapneumoniae causa muchas infecciones respiratorias, intestinales y del tracto urinario. Debido a su resistencia a la mayoría de los antibióticos comunes y a su gran virulencia, algunas de sus cepas pueden ser mortales para entre el 40% y el 50% de las personas infectadas. Es urgente desarrollar nuevas moléculas terapéuticas para combatirlo. "Desde los años 30, la medicina ha recurrido a los antibióticos para deshacerse de las bacterias patógenas", explica Pierre Cosson, profesor del Departamento de Fisiología Celular y Metabolismo de la Facultad de Medicina de la UNIGE, que ha dirigido esta investigación. "Pero son posibles otros enfoques, entre ellos intentar debilitar el sistema de defensa de las bacterias para que no puedan escapar del sistema inmunitario. Esta vía parece tanto más prometedora cuanto que la virulencia de la Klebsiella pneumoniae procede en gran medida de su capacidad para eludir los ataques de las células inmunitarias."

Una ameba como modelo

Para determinar si las bacterias se debilitaban o no, los científicos de la UNIGE utilizaron un modelo experimental con características sorprendentes: la ameba Dictyostelium. Este organismo unicelular se alimenta de bacterias capturándolas e ingiriéndolas, utilizando los mismos mecanismos que las células inmunitarias emplean para eliminar los patógenos. "Modificamos genéticamente esta ameba para que pudiera decirnos si las bacterias que encontraba eran virulentas o no. Este sistema tan sencillo nos permitió probar miles de moléculas e identificar las que reducían la virulencia bacteriana", explica Pierre Cosson.

Debilitar las bacterias sin matarlas

El desarrollo de un medicamento es un proceso largo y costoso, sin garantía de resultados. Por ello, los científicos de la UNIGE optaron por una estrategia más rápida y segura: revisar los fármacos existentes para identificar posibles nuevas indicaciones terapéuticas. El equipo de investigación evaluó el efecto sobre la Klebsiella pneumoniae de cientos de fármacos ya comercializados, con una amplia gama de indicaciones terapéuticas. Un fármaco desarrollado para combatir el herpes, la edoxudina, resultó especialmente prometedor.

"Al alterar la capa superficial que protege a la bacteria de su entorno exterior, este producto farmacológico la hace vulnerable. A diferencia de un antibiótico, la edoxudina no mata a la bacteria, lo que limita el riesgo de desarrollar resistencias, una ventaja importante de esta estrategia antivirulenta", afirma el investigador.

Aunque la eficacia de un tratamiento de este tipo en los seres humanos aún está por confirmar, los resultados de este estudio son alentadores: la edoxudina actúa incluso sobre las cepas más virulentas de Klebsiella pneumoniae, y a concentraciones más bajas que las prescritas para tratar el herpes. "Debilitar suficientemente a las bacterias sin matarlas es una estrategia sutil, pero que podría resultar ganadora a corto y largo plazo", concluye Pierre Cosson.

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