Un proceso recién descubierto pone al día a las células inmunitarias

Un estudio identifica un mecanismo que no se encuentra en las células cancerosas que hacen metástasis

18.10.2022 - Alemania

Las células cancerosas utilizan un mecanismo inusual para migrar a nuevos tejidos y formar allí metástasis. Es probable que el mismo proceso también mantenga en vilo a algunas células inmunitarias. Este es el resultado de un reciente estudio dirigido por la Universidad de Bonn. Según el estudio, ciertas estructuras, los centriolos, aumentan en número. Esto les facilita mantener su dirección y, por tanto, migrar más rápidamente a los ganglios linfáticos, donde activan otras células inmunitarias. Los resultados se han publicado en la revista Journal of Cell Biology.

© Miroslav Hons / Karls-Universität Vestec

Célula dendrítica en la que se han formado dos centrosomas con cuatro de los llamados centríolos (puntos verdes) tras el contacto con un antígeno.

Al igual que la policía, el sistema inmunitario se basa en la división del trabajo. En primer lugar, están las células dendríticas. Buscan en el tejido las 24 horas del día rastros de intrusos sospechosos, llamados antígenos. Si tienen éxito, se dirigen a los vasos linfáticos y de ahí a los ganglios linfáticos de drenaje. Allí presentan sus hallazgos a un poderoso equipo de búsqueda, las células T. Estas tropas endógenas saben ahora contra qué enemigo deben luchar.

Este ataque debe producirse antes de que los invasores causen daños importantes o se multipliquen demasiado. Por ello, es importante que las células dendríticas migren lo más rápidamente posible al lugar de reunión en el ganglio linfático. "Hemos descubierto un mecanismo que les ayuda a hacerlo", explica la Prof. Dra. Eva Kiermaier, del Instituto LIMES (Ciencias de la Vida y la Medicina) de la Universidad de Bonn. "Para ello, forman más de ciertas estructuras llamadas centrosomas. Éstas les ayudan a mantener su dirección durante más tiempo y, por tanto, a llegar más rápidamente a los vasos linfáticos".

Importante función en la división celular

Los centrosomas pertenecen a los orgánulos, que son complejos moleculares responsables de tareas específicas en las células, al igual que los órganos del cuerpo. Normalmente, hay exactamente un centrosoma en cada célula humana. Poco antes de la división celular, se duplica. Las dos copias migran a polos opuestos de la célula y extienden un haz de fibras entre ellas, los microtúbulos. Con ellos, separan los cromosomas (que también se han duplicado) durante la división. Cada una de las células hijas resultantes recibe así un conjunto completo de material genético, así como uno de los dos centrosomas.

"Sin embargo, los centrosomas también son responsables de organizar el citoesqueleto durante la migración celular", subraya Kiermaier, que fue traído al Rin desde la Baja Austria (IST Austria, Klosterneuburg) en 2017 a través del programa de retornados del estado de Renania del Norte-Westfalia. "Con esto nos referimos a proteínas estructurales similares a fibras que dan a la célula su forma y le proporcionan estabilidad". El citoesqueleto también decide dónde está el "frente" y el "fondo" de una célula. Y eso, a su vez, afecta a su dirección de movimiento. "Ahora hemos podido demostrar que las células dendríticas forman múltiples centrosomas en cuanto entran en contacto con un antígeno", dice Ann-Kathrin Weier. La estudiante de doctorado del Instituto LIMES comparte la primera autoría de la publicación con su colega Mirka Homrich. Ambas realizaron partes importantes de los experimentos.

Mantener el rumbo durante más tiempo para llegar más rápido al destino

Las células dendríticas tienen un problema: no saben dónde está el siguiente vaso linfático por el que pueden llegar al ganglio. En su búsqueda, proceden según la estrategia de "ensayo y error": corren en una dirección durante un rato y luego la cambian si no han encontrado un vaso en el proceso. "Cuantos más centrosomas tienen, más tiempo mantienen el rumbo antes de seguir buscando en otra dirección", dice Mirka Homrich. "Pudimos demostrar en simulaciones por ordenador que esto les permite encontrar los vasos linfáticos mucho más rápido de lo que lo harían normalmente". En el proceso, la proliferación de centrosomas ajusta su capacidad de permanencia de forma adecuada, para que no se adhieran con demasiada obstinación a su dirección. Esto aumentaría el riesgo de que se extravíen y se pierdan por completo.

El mecanismo identificado en el estudio era hasta ahora completamente desconocido en las células sanas. Se suponía que las células cancerosas lo utilizaban para formar metástasis. Sin embargo, los centrosomas multiplicados no deben distribuirse libremente dentro de las células. De lo contrario, alterarían gravemente funciones como la división celular. Por eso, tanto en las células tumorales como en las dendríticas, los orgánulos se concentran en un único lugar: se agrupan. "Ahora hay agentes que interrumpen esta agrupación de centrosomas", dice Kiermaier, que también es miembro del Grupo de Excelencia ImmunoSensation2 y del Área de Investigación Transdisciplinaria "Vida y Salud" de la Universidad de Bonn. "Como resultado, las células cancerosas ya no pueden dividirse correctamente, sino que mueren".

Sin embargo, también es posible que estas sustancias interfieran en el sistema inmunitario, ya que los centrosomas también se agrupan allí. "Hemos probado varios de estos agentes en cultivos celulares", dice. "De hecho, hemos encontrado pruebas de que podrían perjudicar significativamente la eficacia de la defensa inmunitaria". Si esto se confirma en los ensayos clínicos, sería una mala noticia, ya que podría haber efectos secundarios considerables si las sustancias activas se utilizaran en la terapia del cáncer.

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