Los investigadores descifran el mecanismo que permite al cáncer de piel hacer metástasis en el cerebro, e inhiben su propagación en un 80%.

"Los tratamientos ya existen, sólo hay que reutilizarlos"

22.09.2022 - Israel

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv descifraron, por primera vez, un mecanismo que permite que el cáncer de piel haga metástasis en el cerebro y lograron retrasar la propagación de la enfermedad entre un 60% y un 80% con los tratamientos existentes. El alentador estudio fue dirigido por la profesora Ronit Satchi-Fainaro y la estudiante de doctorado Sabina Pozzi, de la Facultad de Medicina Sackler de la Universidad de Tel Aviv. Los resultados se publicaron en JCI Insight.

Tel Aviv University

Las interacciones melanoma-astrocitos

"En una fase avanzada, el 90% de los pacientes de melanoma (cáncer de piel) desarrollarán metástasis cerebrales", explica la profesora Satchi-Fainaro. "Esta es una estadística desconcertante. Esperamos ver metástasis en los pulmones y el hígado, pero se supone que el cerebro es un órgano protegido. La barrera hematoencefálica impide la entrada de sustancias nocivas en el cerebro, y aquí supuestamente no cumple su función: las células cancerosas de la piel circulan por la sangre y consiguen llegar al cerebro. Nos preguntamos con "quién" hablan las células cancerosas en el cerebro para infiltrarse en él".

Los investigadores de la Universidad de Tel Aviv descubrieron que en los pacientes de melanoma con metástasis cerebrales, las células cancerosas "reclutan" a unas células llamadas astrocitos, unas células con forma de estrella que se encuentran en la médula espinal y en el cerebro y que se encargan de la homeostasis, o mantenimiento de condiciones estables, en el cerebro.

"Los astrocitos son los primeros que acuden a corregir la situación en caso de accidente cerebrovascular o traumatismo, por ejemplo", explica el profesor Satchi-Fainaro, "y es con ellos con quienes las células cancerosas interactúan, intercambiando moléculas y corrompiéndolas". Además, las células cancerosas reclutan a los astrocitos para que no inhiban la propagación de las metástasis. Así, crean una inflamación local en las zonas de interacción entre las células del melanoma y los astrocitos que aumenta la permeabilidad a través de la barrera hematoencefálica, así como la división y migración de las células cancerosas. La comunicación entre ellos se refleja en el hecho de que los astrocitos comienzan a secretar una proteína que promueve la inflamación llamada MCP-1 (también conocida como CCL2), y en respuesta a esto, las células cancerosas comienzan a expresar sus receptores CCR2 y CCR4, que sospechamos son los responsables de la comunicación destructiva con los astrocitos".

Para comprobar su hipótesis, la profesora Satchi-Fainaro y su equipo intentaron inhibir la expresión de la proteína y sus receptores en modelos de laboratorio creados genéticamente y en modelos 3D de melanoma primario y metástasis cerebrales. Para ello, los investigadores utilizaron tanto un anticuerpo (molécula biológica) como una pequeña molécula (sintética), diseñados para bloquear la proteína MCP-1. También emplearon la tecnología CRISPR para editar genéticamente las células cancerosas y cortar los dos genes que expresan los dos receptores relevantes, CCR2 y CCR4. Con cada uno de los métodos, los investigadores lograron retrasar la propagación de las metástasis.

"Estos tratamientos consiguieron retrasar la penetración de las células cancerosas en el cerebro y su posterior propagación por el mismo", afirma el profesor Satchi-Fainaro. "Es importante señalar que las metástasis de melanoma en el cerebro son muy agresivas, con un mal pronóstico de 15 meses tras la cirugía, la radiación y la quimioterapia. Alcanzamos un retraso de entre el 60% y el 80%, según el estadio de la intervención. Los mejores resultados los obtuvimos con el tratamiento realizado inmediatamente después de la cirugía para extirpar el melanoma primario, y pudimos evitar que las metástasis penetraran en el cerebro; por tanto, creo que el tratamiento es adecuado para la clínica como medida preventiva. Tanto el anticuerpo como la pequeña molécula que utilizamos -que se destinan principalmente al tratamiento de la esclerosis, la diabetes, la fibrosis hepática y las enfermedades cardiovasculares, además de servir como biomarcador para otros tipos de cáncer- ya han sido probados en humanos como parte de los ensayos clínicos. Por tanto, estos tratamientos se consideran seguros y podemos intentar reutilizarlos para el melanoma".

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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