¿Determinan nuestros genes lo que comemos?

Un estudio podría allanar el camino hacia una orientación nutricional personalizada basada en nuestra percepción del gusto

17.06.2022 - Estados Unidos

Los resultados preliminares de un nuevo estudio en el que han participado más de 6.000 adultos han revelado que los genes relacionados con el gusto pueden influir en la elección de alimentos y, a su vez, en la salud cardiometabólica. Se trata de uno de los primeros estudios en los que se examina cómo la genética vinculada a la percepción de los cinco sabores -dulce, salado, ácido, amargo y umami (salado)- se asocia al consumo de grupos de alimentos y a los factores de riesgo cardiometabólico.

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Los resultados sugieren que los genes que determinan la percepción de los sabores podrían ser importantes a la hora de elaborar orientaciones nutricionales personalizadas destinadas a mejorar la calidad de la dieta y reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas relacionadas con ella, como la obesidad, la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.

"Sabemos que el sabor es uno de los motores fundamentales de lo que elegimos para comer y, por extensión, de la calidad de nuestra dieta", dijo Julie E. Gervis, candidata al doctorado en el Laboratorio de Nutrición Cardiovascular del Centro de Investigación de Nutrición Humana Jean Mayer del USDA en la Universidad Tufts. "Tener en cuenta la percepción del sabor podría ayudar a que la orientación nutricional personalizada sea más eficaz al identificar los impulsores de las malas elecciones de alimentos y ayudar a las personas a aprender a minimizar su influencia".

Por ejemplo, si las personas con una fuerte percepción del sabor amargo tienden a comer menos verduras crucíferas, se podría recomendar que añadan ciertas especias o que elijan otros tipos de verduras que se alineen mejor con su perfil de percepción del sabor. "La mayoría de las personas no saben por qué eligen ciertos alimentos", afirma Gervis. "Este enfoque podría proporcionarles una orientación que les permitiera ganar más control".

Aunque estudios anteriores han analizado los factores genéticos relacionados con los gustos individuales en determinados grupos de personas, este nuevo estudio es único porque ha examinado los cinco gustos básicos en una amplia muestra de adultos estadounidenses. También es el primero que evalúa si las variantes genéticas responsables de la percepción del sabor están asociadas a la ingesta de determinados grupos de alimentos y a los factores de riesgo cardiometabólico.

Para ello, los investigadores utilizaron datos de estudios previos de asociación de todo el genoma para identificar las variantes genéticas asociadas a cada uno de los cinco sabores básicos. Utilizaron esta información para desarrollar una nueva medida conocida como "puntuación poligénica del gusto" que proporciona una única estimación del efecto acumulativo de muchas variantes genéticas sobre la percepción de un determinado sabor. Una puntuación poligénica más alta para el sabor amargo, por ejemplo, significa que una persona tiene una mayor predisposición genética a percibir sabores amargos.

A continuación, los investigadores analizaron las puntuaciones poligénicas del gusto, la calidad de la dieta y los factores de riesgo cardiometabólico de 6.230 adultos del Estudio del Corazón de Framingham. Los factores de riesgo incluían el perímetro de la cintura, la presión arterial y la glucosa plasmática, así como las concentraciones de triglicéridos y colesterol HDL.

En general, el análisis identificó ciertas asociaciones entre los genes relacionados con el sabor con los grupos de alimentos y los factores de riesgo cardiometabólico. Los datos revelaron que los genes relacionados con los sabores amargo y umami podrían desempeñar un papel especial en la calidad de la dieta al influir en la elección de alimentos, mientras que los genes relacionados con el dulce parecían ser más importantes para la salud cardiometabólica.

Por ejemplo, los investigadores descubrieron que los participantes en el estudio con una puntuación poligénica más alta de sabor amargo comían casi dos raciones menos de cereales integrales a la semana en comparación con los participantes con una puntuación poligénica más baja de sabor amargo. Los investigadores también observaron que tener una puntuación de sabor poligénico umami más alta se asociaba con el consumo de menos verduras, sobre todo rojas y naranjas, y que tener una puntuación de sabor poligénico dulce más alta tendía a asociarse con menores concentraciones de triglicéridos.

Los investigadores advierten que los resultados de este grupo específico de adultos no son necesariamente generalizables a todo el mundo. "Sin embargo, nuestros resultados sugieren la importancia de tener en cuenta múltiples gustos y grupos de alimentos cuando se investigan los determinantes de las conductas alimentarias", dijo Gervis. "En el futuro, será importante tratar de replicar estos resultados en diferentes grupos de personas para que podamos entender el panorama general y determinar mejor cómo utilizar esta información para diseñar consejos dietéticos personalizados".

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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