El efecto granja: propiedades antialérgicas de la proteína de la leche de vaca BLG
La proteína de la leche también se encuentra en el polvo estable y en el aire ambiente: Junto con sus compañeros de unión, la BLG puede contribuir a la protección contra el asma y las alergias
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En la actualidad se está produciendo una pandemia de otro tipo, ya que la incidencia de las enfermedades alérgicas y asmáticas ha aumentado de forma constante entre los seres humanos y los animales domésticos en los últimos años y parece que se está estabilizando lentamente. Crecer en una granja, estar en contacto con diferentes microbios y sus productos en el aire, el heno, el polvo y la paja, puede ayudar a proteger contra las alergias. Sin embargo, no todas las granjas son igual de protectoras, y las granjas de vacas tienen un efecto especialmente positivo. Los establos de vacas parecen tener una barrera antialérgica a su alrededor, una especie de campana de cristal con un radio de unos 300 metros. Además, beber leche cruda natural y sin procesar parece reducir el riesgo de alergias.
Una búsqueda de pistas
Isabella Pali-Schöll, inmunóloga y nutricionista del equipo de Erika Jensen-Jarolim en el Instituto de Investigación Messerli, un centro conjunto de Vetmeduni, MedUni Vienna y la Universidad de Viena, se propuso encontrar la respuesta: ¿Existe un factor específico en las granjas de vacas que proporciona un nivel de protección contra las alergias y que se da tanto en el entorno bovino como en la leche de vaca?
La proteína láctea beta-lactoglobulina (BLG) surgió como una candidata de moda. La BLG constituye una gran parte de la proteína del suero de leche y desempeña una función de portadora de micronutrientes como el hierro, las vitaminas y los ácidos grasos. El grupo de investigación ya ha demostrado que la BLG desempeña un papel en la reducción del sistema inmunitario cuando se complemente con micronutrientes como el hierro, el zinc o la vitamina A. De lo contrario, podría provocar alergias.
El efecto granja
Después de hacer un trabajo de detective, los investigadores encontraron lo que buscaban en el entorno de la granja: El BLG se detectó en grandes cantidades tanto en el polvo de los establos del ganado como en los colchones y almohadas de los hogares. Así, cuando las personas inhalan el aire de la granja, el BLG entra en el cuerpo. Pero no viaja solo: Estudios detallados revelan que el BLG del polvo está unido al zinc. Y se sabe que el zinc desempeña un papel importante en el sistema inmunitario.
"Sospechamos que la distribución del BLG seguía el patrón del "tarro de campana", explica Pali-Schöll, primer autor del estudio, por lo que recogimos aire ambiental a través de filtros en varios lugares alrededor de un establo de vacas y analizamos las muestras recogidas en busca de la proteína. De hecho, pudimos medir la BLG, en concentraciones decrecientes, hasta casi 300 metros alrededor del establo".
Pero, ¿cómo es que la proteína, que por lo demás se encuentra principalmente en la leche, acaba en el polvo del establo en cantidades tan grandes? Para responder a esta pregunta, los científicos recogieron y analizaron muestras de orina del ganado. Los resultados: Se detectó BLG en la orina de las hembras y los machos.
Para confirmar el efecto antialérgico de la betalactoglobulina, los investigadores trataron a ratones de laboratorio por vía intranasal con polvo de establo. Si el polvo contenía BLG, la respuesta alérgica de los animales se suprimía. En cambio, el polvo sin BLG no redujo la respuesta inmunitaria alérgica de los ratones.
Según los investigadores, el BLG tuvo un efecto protector no sólo contra el alérgeno de la leche, sino también contra un alérgeno del polen de abedul no relacionado. Por tanto, el efecto parece ser general, independientemente del alérgeno en cuestión.
La investigación llevada a cabo por Isabella Pali-Schöll y su socio de colaboración nacional e internacional representa un hito importante en la elucidación del efecto de la granja. Los resultados también ayudarán a traducir los conocimientos científicos adquiridos en aplicaciones para los pacientes alérgicos. Es necesario seguir investigando para descubrir los diferentes factores que influyen. Es posible que las condiciones de cría, el estrés, el estado de salud y la alimentación del ganado también desempeñen un papel a la hora de determinar si la proteína de la leche puede contribuir al efecto protector de la alergia y el asma en la granja.
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