Microscopio de alta resolución construido con LEGO y trozos de teléfono
Las investigaciones demuestran que construir un microscopio mejora la comprensión de los niños: esclarecedor, educativo y divertido
Timo Betz
Los investigadores diseñaron un microscopio de alta resolución totalmente funcional, con capacidades similares a las de un microscopio de investigación moderno. Aparte de la óptica, todas las piezas procedían del sistema de ladrillos de juguete. El equipo se dio cuenta de que las lentes de las cámaras de los teléfonos inteligentes modernos, que cuestan unos 4 euros cada una, son de tan alta calidad que permiten resolver incluso células individuales. Los científicos elaboraron instrucciones para construir el microscopio, así como un tutorial paso a paso para guiar a la gente a través del proceso de construcción mientras aprendían las características ópticas relevantes de un microscopio. Los investigadores midieron la comprensión de los niños mediante cuestionarios entregados a un grupo de niños de 9 a 13 años. Los investigadores comprobaron que los niños que recibieron las piezas y los planos para construir el microscopio por sí mismos aumentaron significativamente sus conocimientos sobre la microscopía. Para este estudio concreto, los investigadores, cuya investigación diaria se centra en los procesos biofísicos fundamentales, se beneficiaron de la aportación y el entusiasmo de su coautor de 10 años.
"La comprensión de la ciencia es crucial para la toma de decisiones y aporta muchos beneficios en la vida cotidiana, como la resolución de problemas y la creatividad", afirma el profesor Timo Betz, de la Universidad de Gotinga. "Sin embargo, comprobamos que muchas personas, incluso los políticos, se sienten excluidas o no tienen la oportunidad de dedicarse al pensamiento científico o crítico. Queríamos encontrar una forma de alimentar la curiosidad natural, ayudar a la gente a captar los principios fundamentales y ver el potencial de la ciencia". Los investigadores se mantuvieron en contacto con los niños y supervisaron sus progresos: una vez construidas las piezas principales, descubrieron que las lentes pueden actuar como lupas. Después de explorar esto, y de darse cuenta de que una buena fuente de luz era importante, al principio les resultó difícil alinear dos lupas. Sin embargo, una vez que lo consiguieron, las lentes generaron un enorme aumento. Esto permitió a los niños "jugar" literalmente con el microscopio: hacer sus propias adaptaciones, explorar cómo funciona el aumento y descubrir por sí mismos el apasionante mundo del microcosmos.
"Esperamos que este microscopio modular se utilice en las aulas y los hogares de todo el mundo para entusiasmar e inspirar a los niños sobre la ciencia", continúa Betz. "Hemos demostrado que la investigación científica no tiene por qué estar separada de la vida cotidiana. Puede ser esclarecedora, educativa y divertida".
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