El consumo de sal controla las enfermedades autoinmunes
En un hallazgo sorprendente, se ha descubierto que el consumo elevado de sal regula la permeabilidad de la barrera hematoencefálica para suprimir el desarrollo de enfermedades autoinmunes en ratones
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El cloruro de sodio, la sal de mesa, es un mineral esencial que debemos consumir para llevar una vida sana. Sin embargo, el consumo excesivo de sal es uno de los riesgos conocidos para la salud, ya que se ha relacionado con enfermedades cardiovasculares y renales. Los investigadores también están interesados en comprender el efecto del consumo excesivo de sal en enfermedades autoinmunes e inflamatorias como la esclerosis múltiple. Por ello, en el pasado se ha utilizado un modelo animal de esclerosis múltiple llamado Encefalomielitis Autoinmune Experimental (EAE) para estudiar el efecto del consumo excesivo de sal. Se ha informado de que conduce a la exacerbación de la enfermedad.
Diferente modelo de enfermedad, diferente resultado
Gurumoorthy Krishnamoorthy, jefe del grupo de investigación "Neuroinflamación e inmunología de las mucosas" del Instituto Max Planck de Bioquímica, y su equipo muestran ahora un resultado opuesto. El jefe del grupo de investigación explica: "Para nuestros estudios, hemos utilizado un modelo de ratón diferente que desarrolla espontáneamente síntomas similares a los de la EM. No tenemos pruebas de que el aumento del consumo de sal en los animales promoviera o agravara la enfermedad". Sorprendentemente, los científicos pudieron incluso demostrar que el aumento del consumo de sal suprimía el desarrollo de la enfermedad autoinmune.
La barrera hematoencefálica
"Para el análisis, nos centramos en la barrera hematoencefálica", informa Shin-Young Na, primer autor del estudio. La barrera hematoencefálica es una importante barrera entre el torrente sanguíneo y el sistema nervioso central. Impide el flujo incontrolado de sustancias y células inmunitarias de la sangre al sistema nervioso central. Las llamadas uniones estrechas ayudan a esta barrera de difusión. Se trata de moléculas de membrana que, como su nombre indica, crean uniones herméticas entre las células. "Pudimos comprobar que en los animales que consumían una mayor cantidad de sal, los niveles séricos de la hormona glucocorticoide corticosterona eran elevados. Este mayor nivel de corticosterona provocó un aumento de la expresión de las moléculas de las uniones estrechas en las células endoteliales. Como resultado, la barrera hematoencefálica se reforzó y se bloqueó la entrada de células T inflamatorias en el sistema nervioso", informa además Na.
Gurumoorthy Krishnamoorthy afirma: "Nuestros resultados muestran que un aumento moderado del consumo de sal tiene efectos múltiples y potencialmente beneficiosos sobre la autoinmunidad del sistema nervioso central en ratones. Supongo que el efecto opuesto en comparación con los estudios anteriores está relacionado con el uso de diferentes modelos animales en los que la barrera hematoencefálica se abre artificialmente mediante la inyección de toxina pertussis. Este no es el caso en nuestro modelo de enfermedad y este modelo se acerca más a la fase inicial de la enfermedad de la EM en los seres humanos."
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