¿El péptido de la remolacha como fármaco candidato contra las enfermedades neurodegenerativas e inflamatorias?
El péptido puede bloquear una enzima específica que es responsable de la descomposición de las sustancias mensajeras en el cuerpo
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En particular, el péptido de la remolacha bloquea lo que se conoce como oligopéptidasa de prolilo (POP), que participa en la degradación de las hormonas proteínicas en el cuerpo y puede, por lo tanto, activar y desactivar las reacciones inflamatorias. El COP es un fármaco muy discutido como objetivo para enfermedades neurodegenerativas e inflamatorias como el Alzheimer o la esclerosis múltiple. "Esto significa que este grupo de péptidos de plantas, tal como se encuentran en la remolacha, puede ser un candidato potencial a fármaco en futuros estudios para ser utilizado en estas enfermedades".
Esta investigación también está avanzando en el proyecto de la universidad "Zukunftskolleg" de Roland Hellinger, del Instituto de Farmacología de MedUni Viena. Este proyecto fue recientemente aprobado y financiado por el Fondo Científico de la FWF. El objetivo es establecer una plataforma de investigación para el desarrollo preclínico de drogas peptídicas. Hellinger también es co-autor y miembro del grupo de investigación de Christian Gruber.
Péptido detectable en el jugo de remolacha roja comercial
El péptido no sólo se encuentra en la remolacha vegetal, sino que también podría detectarse en el jugo de remolacha roja disponible en el mercado, aunque en concentraciones muy bajas. "Aunque la remolacha es una verdura muy sana, no debemos hacernos demasiadas esperanzas de que su consumo regular pueda prevenir la demencia", subraya el farmacólogo de MedUni Vienna. "El péptido sólo se produce en cantidades muy pequeñas y todavía es dudoso que pueda ser absorbido en absoluto por el tracto gastrointestinal".
Usando los planos de la naturaleza
La investigación de AG Gruber se basa en la idea de usar el proyecto de la naturaleza para desarrollar ingredientes activos optimizados. "Para ello, buscamos en grandes bases de datos con información genética de plantas y animales, desciframos nuevas moléculas peptídicas e investigamos su estructura para luego probarlas farmacológicamente en enzimas o receptores de membrana (como una de las clases de fármacos más importantes, los llamados receptores acoplados a la proteína G) y finalmente en el modelo de enfermedad", explica Gruber. Con el tiempo, los posibles candidatos a fármacos se sintetizarán químicamente en una forma ligeramente modificada basada en el plano natural para lograr propiedades farmacológicas optimizadas. Este concepto parece tener éxito: Hace unos años, el equipo de investigación pudo generar un fármaco candidato T20K para la esclerosis múltiple con un péptido de planta sintéticamente replicado (ciclotipo). Este fármaco candidato fue recientemente probado con éxito en un estudio de fase 1 por la empresa sueca Cyxone bajo una licencia de MedUni Viena y ahora se está preparando para un estudio de fase 2.
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