Vulnerabilidades comunes de los Coronavirus
Un estudio internacional traza mapas de objetivos moleculares para una posible terapia para el MERS, SARS-CoV1 y SARS-CoV2
Svenja Ulferts, University of Freiburg / Revision: Spencer Phillips, EMBL-EBI
El grupo de Friburgo utilizó la microscopía de fluorescencia de alta resolución para documentar las áreas de la célula huésped en las que se localizan las proteínas que componen el SARS-CoV2 durante una infección. Lograron hacerlo para una gran parte de las proteínas virales. En el estudio, que se publicó en la revista Science, el consorcio interdisciplinario señala posibles objetivos terapéuticos y describe un mecanismo por el cual los coronavirus pueden escapar del sistema inmunológico.
Una de las proteínas del huésped infectado que el consorcio logró detectar es la TOM70, que se encuentra en las mitocondrias. Junto con los virólogos Prof. Dr. Georg Kochs y Sebastian Weigang del Centro Médico Universitario de Friburgo, Grosse y la candidata a doctorado Svenja Ulferts analizaron las células infectadas y observaron la proteína viral Orf9b en las mitocondrias. Utilizando métodos bioquímicos y de ingeniería genética, el laboratorio del socio de cooperación, el Prof. Dr. Nevan Krogan, del Instituto de Biociencias Cuantitativas (QBI) de la Universidad de California, San Francisco (EE.UU.), demostró que la proteína vírica Orf9b se une efectivamente a TOM70.
"Lo realmente emocionante es que TOM70 juega un papel en la respuesta inmune antiviral de la célula", explica Grosse. Una de las características de la enfermedad COVID-19 es que los virus manipulan el sistema inmunológico. Sin embargo, todavía no está claro qué procesos moleculares son responsables de esto. Los datos del grupo de Friburgo de una publicación en julio de 2020 ya mostraron que el SARS-CoV2 hace que la célula huésped forme estructuras similares a las de los dedos. "Los llamamos viropodos", dice Grosse, jefe del Instituto de Farmacología y Toxicología Experimental y Clínica de Friburgo. Para ello, el virus toma el control del llamado citoesqueleto, que funciona como un andamiaje en el interior de la célula, con el fin de propagarse mejor entre las células. Los científicos están estudiando la molécula responsable de este proceso como un posible objetivo de la droga.
El consorcio también descubrió moléculas en la superficie de la célula que están influenciadas por los tres coronavirus y que se unen a drogas ya aprobadas - un psicofármaco y un antiinflamatorio. Mediante un análisis de los datos disponibles sobre los pacientes, los científicos han encontrado ahora indicios iniciales de que las personas que tomaron estas drogas mostraron cursos más leves de COVID-19. El socio de cooperación, el Dr. Pedro Beltrao del Instituto Europeo de Bioinformática (EMBL-EBI), ve un gran potencial en la comparación de los diferentes tipos de virus para encontrar nuevas terapias que puedan ser útiles para la actual pandemia: "Pero también pueden ser eficaces contra otros coronavirus que puedan surgir en el futuro".
Otras instituciones que contribuyeron al estudio son el Instituto Gladstone y el Instituto Médico Howard Hughes, de los Estados Unidos, y el Instituto Pasteur, de Francia.
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