La clave genética para un té "saludable"
El genoma de un antiguo árbol de té se ha dilucidado y se han analizado más de 200 variedades de té diferentes
El té (Camellia sinensis) es una de las bebidas más populares del mundo con una amplia gama de sabores y beneficios para la salud. Investigadores de la Universidad Agrícola de Huazhong de Wuhan (China), el Forschungszentrum Jülich, la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf y el Instituto Max Planck de Fisiología Molecular de las Plantas de Potsdam-Golm han dilucidado ya el genoma de un antiguo árbol de té y han analizado más de 200 variedades de té diferentes. El genoma constituye ahora la base de las investigaciones ulteriores sobre la biosíntesis de las sustancias naturales útiles. El estudio fue dirigido por el investigador de plantas Prof. Weiwei Wen de Wuhan. Por parte alemana, el investigador del genoma de Jülich, Prof. Björn Usadel, colaboró con el experto en procesos metabólicos de las plantas, Prof. Alisdair Fernie, de Potsdam-Golm, en el marco de la Iniciativa Internacional de Bioeconomía del BMBF.
El equipo de investigación chino-alemán analizó más de 200 variedades diferentes e identificó sus variantes genéticas (imagen simbólica).
Myriams-Fotos, pixabay.com
En 2018, se consumieron alrededor de 273.000 millones de litros de té en todo el mundo. La tendencia está aumentando y hace del té uno de los refrescos más populares. Sin embargo, el té no sólo se utiliza como refresco, el té ya se ha utilizado en la medicina tradicional china. El equipo de investigación se preocupó por la cuestión de qué ingredientes naturales son responsables del sabor y las propiedades de promoción de la salud.
Con este fin, utilizaron la caracterización genética de las variedades de té antiguas y silvestres para rastrear el desarrollo de las variedades de té modernas. Analizando más de 200 variedades de té diferentes de distintas regiones de cultivo, los científicos pudieron identificar las variantes genéticas responsables de la biosíntesis de los compuestos vegetales secundarios sanos, los flavonoides. Entre ellos se encuentran, en particular, las catequinas, compuestos amargos de las plantas con un alto potencial antioxidante.
Estos resultados podrían constituir la base para mejorar la reproducción de variedades de té saludables. Los científicos pudieron demostrar por primera vez que, a diferencia de otros cultivos, la reproducción selectiva con respecto a las sustancias vegetales secundarias rara vez se lleva a cabo. Gracias a los datos de alta resolución del genoma de las variedades de té antiguas y silvestres, ahora se pueden obtener nuevas variedades en el futuro para satisfacer la creciente demanda internacional de té "sano".
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