¿La obesidad comienza en el cerebro?
Las células nerviosas especializadas aumentan el apetito por los alimentos ricos en grasas
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Desde el decenio de 1980, estamos observando un aumento mundial de la obesidad y de las enfermedades asociadas, como la diabetes mellitus y las enfermedades cardiovasculares. Los investigadores del Instituto Max Planck para la Investigación del Metabolismo del laboratorio de Jens Brüning han utilizado ratones en estudios con animales para investigar qué células nerviosas controlan la ingesta excesiva de alimentos de alto contenido calórico y energético. Para ello, los animales fueron alimentados con una dieta alta en grasas y examinados después." Sólo tres días de alimentación con una dieta alta en grasas fueron suficientes para detectar el aumento de la actividad de las neuronas de nociceptina en una región específica del cerebro, el núcleo arqueado del hipotálamo", dice Alexander Jais, primer autor del presente estudio.
En una serie de experimentos, las neuronas de nociceptina de los ratones fueron eliminadas selectivamente del núcleo arqueado del hipotálamo. Como resultado, estos ratones ya no "consumieron en exceso" la dieta rica en grasas. La ingesta de su comida normal no se vio afectada. Por lo tanto, las neuronas de nociceptina pueden controlar específicamente la ingesta de alimentos ricos en grasas.
Siguiendo estos hallazgos, los investigadores utilizaron ratones genéticamente modificados en los que la actividad de las neuronas de nociceptina en el hipotálamo podía ser controlada por la luz. "La activación de estas células cerebrales condujo a una excesiva ingesta de alimentos por parte de los animales", explica Jais. "La activación de las neuronas de nociceptina inhibe ciertas neuronas que regulan la saciedad y por lo tanto los animales ingieren más comida".
¿La obesidad comienza en el cerebro?
El consumo de alimentos de alta densidad energética provoca una alteración del equilibrio energético y un aumento de la ingesta de calorías. "Estamos constantemente rodeados de alimentos baratos, apetecibles y densos en energía y nuestros cerebros están conectados de tal manera que preferimos estos alimentos en particular", dice Jais. "Todavía no se sabe por qué algunas personas se las arreglan para comer sólo lo que necesitan y otras no. La actividad individual de las neuronas de nociceptina podría ser una pieza importante del rompecabezas. Su actividad promueve el consumo excesivo, lo que las convierte en un objetivo atractivo para la prevención y el tratamiento de la obesidad".
"La actual pandemia de Covid-19 nos recuerda que la obesidad y las enfermedades metabólicas asociadas, como la diabetes, son factores de riesgo y, por lo tanto, se necesita urgentemente una mejor comprensión del control del sistema nervioso central sobre la ingesta de alimentos, con especial énfasis en los alimentos ricos en calorías, grasas y carbohidratos", dice Jais.
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