Un pigmento del antiguo Egipto a la microscopía moderna

El equipo de investigación produce nuevas nano hojas para imágenes de infrarrojo cercano

25.03.2020 - Alemania

El azul egipcio es uno de los pigmentos de color más antiguos fabricados por el hombre. Adorna, por ejemplo, la corona del mundialmente famoso busto de Nefertiti. Pero el pigmento puede hacer aún más. Un equipo internacional de investigación dirigido por el Dr. Sebastian Kruss del Instituto de Química Física de la Universidad de Göttingen ha producido un nuevo nanomaterial basado en el pigmento azul egipcio, que es ideal para aplicaciones en la obtención de imágenes mediante espectroscopia de infrarrojo cercano y microscopía.

Universität Göttingen

Azul egipcio: los investigadores obtuvieron las nano hojas de este polvo.

La microscopía y las imágenes ópticas son herramientas importantes en la investigación básica y la biomedicina. Utilizan sustancias que pueden liberar luz cuando se excitan. Conocidas como "fluoróforos", estas sustancias se utilizan para teñir estructuras muy pequeñas en las muestras, lo que permite una resolución clara con los microscopios modernos. La mayoría de los fluoróforos brillan en el rango de luz visible para los humanos. Cuando se utiliza la luz en el espectro del infrarrojo cercano, con una longitud de onda que comienza a los 800 nanómetros, la luz penetra aún más profundamente en el tejido y hay menos distorsiones en la imagen. Hasta ahora, sin embargo, sólo hay unos pocos fluoróforos conocidos que trabajan en el espectro del infrarrojo cercano.

El equipo de investigación ha logrado ahora exfoliar capas extremadamente delgadas de granos de silicato de cobre y calcio, también conocido como azul de Egipto. Estas nano hojas son 100.000 veces más delgadas que un cabello humano y son fluorescentes en el rango del infrarrojo cercano. "Pudimos demostrar que incluso las nano hojas más pequeñas son extremadamente estables, brillan intensamente y no se decoloran", dice el Dr. Sebastian Kruss, "lo que las hace ideales para la imagen óptica".

Los científicos probaron su idea de la microscopía en animales y plantas. Por ejemplo, siguieron el movimiento de las nano hojas individuales para visualizar los procesos mecánicos y la estructura del tejido alrededor de los núcleos celulares de la mosca de la fruta. Además, integraron las nanohojas en las plantas y fueron capaces de identificarlas incluso sin un microscopio, lo que promete futuras aplicaciones en la industria agrícola. "El potencial de la microscopía de última generación de este material significa que se pueden esperar nuevos hallazgos en la investigación biomédica en el futuro", dice Kruss.

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