Eje cerebro-corazón: los accidentes cerebrovasculares modifican la epigenética del sistema inmunitario

¿Una afección cardiaca a causa de un derrame cerebral? Un nuevo estudio descubre por qué puede ocurrir esto y cómo podemos contrarrestarlo en el futuro

24.07.2024
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Un ictus no sólo provoca daños agudos en el cerebro, sino que también puede tener consecuencias a largo plazo para la salud de otros órganos, como el corazón. "Sin embargo, hasta la fecha se ha investigado poco sobre los efectos de las lesiones cerebrales en la inmunidad sistémica", afirma el profesor Arthur Liesz, del Instituto de Investigación del Ictus y la Demencia (ISD) del Hospital Universitario LMU e investigador principal del clúster de excelencia SyNergy. Liesz es el investigador principal de un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Cell. Los investigadores trabajaban con la hipótesis de que la elevada tasa de comorbilidades que se desarrollan tras un ictus podría tener una causa inmunológica común. Y de hecho consiguieron encontrarla: El origen de las disfunciones en otras partes del cuerpo está en la memoria inmunológica de las células hematopoyéticas de la médula ósea.

Mediante técnicas de secuenciación unicelular, Liesz y su equipo demostraron la presencia de cambios proinflamatorios permanentes en el transcriptoma de ciertas células inmunitarias (monocitos/macrófagos) en varios órganos. En otras palabras, determinados segmentos de genes se transcriben de forma diferente allí después del ictus, lo que desequilibra el proteoma. Estas modificaciones epigenéticas se producen con mayor frecuencia en el corazón, donde pueden causar cicatrices y perjudicar la función de bombeo. "Conseguimos identificar la proteína IL-1b como principal responsable de las modificaciones epigenéticas que afectan a la memoria inmunológica tras un ictus", explica Liesz.

Enfoques terapéuticos prometedores en el horizonte

Los investigadores demostraron en un modelo de ratón la conexión entre la formación de sangre modificada en la médula ósea por la IL-1b sobreexpresada y las disfunciones cardiacas. Además, demostraron que tanto el bloqueo de la IL-1b como la inhibición de la migración de las células proinflamatorias al corazón prevenían con éxito los problemas cardiacos tras un ictus. "Estos hallazgos son muy significativos, ya que abren la promesa de enfoques terapéuticos eficaces para la prevención de afecciones cardiacas secundarias tras un ictus", considera Liesz. Los autores del estudio creen que los mecanismos epigenéticos que han descrito para la reprogramación del sistema inmunitario en el eje cerebro-corazón crearán un nuevo marco para explicar el desarrollo de diversas comorbilidades mediadas por la IL-1b.

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