Una investigación de la FSU relaciona un edulcorante común con la ansiedad
Florida Staet University
Además de producir ansiedad en los ratones que consumieron aspartamo, los efectos se extendieron hasta dos generaciones a partir de los machos expuestos al edulcorante. El estudio se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
"Lo que demuestra este estudio es que tenemos que volver la vista atrás a los factores ambientales, porque lo que vemos hoy no es sólo lo que ocurre hoy, sino lo que ocurrió hace dos generaciones y quizá incluso más tiempo", dijo el coautor Pradeep Bhide, titular de la cátedra Jim and Betty Ann Rodgers Eminent Scholar de Neurociencia del Desarrollo del Departamento de Ciencias Biomédicas.
El estudio se debe, en parte, a investigaciones anteriores del laboratorio de Bhide sobre los efectos transgeneracionales de la nicotina en ratones. La investigación mostró cambios temporales, o epigenéticos, en los espermatozoides de los ratones. A diferencia de los cambios genéticos (mutaciones), los cambios epigenéticos son reversibles y no modifican la secuencia de ADN; sin embargo, pueden cambiar la forma en que el organismo lee una secuencia de ADN.
"Estábamos trabajando en los efectos de la nicotina en el mismo tipo de modelo", explica Bhide. "El padre fuma. ¿Qué pasó con los hijos?".
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) aprobó el aspartamo como edulcorante en 1981. Hoy se producen casi 5.000 toneladas métricas al año. Cuando se consume, el aspartamo se convierte en ácido aspártico, fenilalanina y metanol, todos los cuales pueden tener potentes efectos sobre el sistema nervioso central.
El estudio, dirigido por la doctoranda Sara Jones, consistió en suministrar a ratones agua potable que contenía aspartamo en una dosis aproximada del 15% de la ingesta humana diaria máxima aprobada por la FDA. La dosis, equivalente a entre seis y ocho latas de refresco dietético al día para los humanos, se mantuvo durante 12 semanas en un estudio que duró cuatro años.
Se observó un pronunciado comportamiento ansioso en los ratones mediante diversas pruebas de laberinto en múltiples generaciones descendientes de los machos expuestos al aspartamo.
"Se trataba de un rasgo de ansiedad tan marcado que no creo que ninguno de nosotros previera que lo veríamos", afirma Jones. "Fue completamente inesperado. Normalmente se ven cambios sutiles".
Cuando se les administró diazepam, un fármaco utilizado para tratar el trastorno de ansiedad en humanos, los ratones de todas las generaciones dejaron de mostrar comportamientos similares a la ansiedad.
Los investigadores están planeando una publicación adicional de este estudio centrada en cómo afectó el aspartamo a la memoria. Futuras investigaciones identificarán los mecanismos moleculares que influyen en la transmisión del efecto del aspartamo a través de las generaciones.
Otros coautores fueron Deirdre McCarthy, Cynthia Vied y Gregg Stanwood, profesores del Departamento de Ciencias Biomédicas, y Chris Schatschneider, profesor del Departamento de Psicología de la FSU.
Esta investigación contó con el apoyo del Fondo de la Cátedra Jim y Betty Ann Rodgers de la Universidad Estatal de Florida y de la Fundación Bryan Robinson.
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