El bótox influye en el control de las emociones en el cerebro
Un estudio muestra el efecto sobre la amígdala en el lóbulo temporal
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Retroalimentación entre músculos y psique
Los estados de ánimo negativos se expresan en la cara en la llamada región glabelar, la zona de la mitad inferior de la frente. Cuando estamos enfadados o tensos, dos tipos diferentes de músculos se contraen y provocan la aparición de líneas de expresión o de preocupación por encima de la raíz de la nariz. Cuando se inyecta toxina botulínica en la región glabelar, se paralizan estos músculos del entrecejo. Dado que las expresiones faciales y el estado psicológico están estrechamente relacionados, esto también reduce la intensidad de las emociones. "Una frente relajada transmite una sensación más positiva, por así decirlo", explica el profesor Krüger. En la ciencia, esta retroalimentación se discute como teoría de la retroalimentación facial. En un meta-análisis anterior, el profesor Krüger y su equipo ya habían demostrado que una inyección de BTX en la región glabalina tiene una influencia positiva en el estado de ánimo y en la excitación del mismo. Como resultado, los síntomas depresivos mejoran significativamente. "El tratamiento tiene varias ventajas a la vez: como el efecto paralizante dura tres o más meses, sólo es necesario aplicar una inyección en esos intervalos. "Las inyecciones poco frecuentes también son menos costosas que otras opciones terapéuticas y tienen una muy buena tolerancia y aceptación entre los pacientes", explica el profesor Krüger.
La toxina botulínica frena el fuego emocional constante en el núcleo amigdalino
Y esto funciona tanto para la depresión como para el trastorno límite de la personalidad. Alrededor del tres por ciento de los alemanes sufre este trastorno, y más del 62 por ciento de los afectados son mujeres. Al interrumpir el bucle de retroalimentación entre los músculos de la frente y el cerebro, la toxina botulínica también modifica la retroalimentación emocional. Los investigadores pudieron comprobarlo en los cerebros de pacientes borderline que habían sido tratados con una inyección de toxina botulínica en la región glabelar. Tan sólo cuatro semanas después, los pacientes presentaban una reducción significativa de los síntomas, lo que también se mostraba en las imágenes de resonancia magnética. "Pudimos comprobar que la toxina botulínica frena el fuego emocional constante en el núcleo amigdalino, que acompaña a la tensión interna de alto grado de las personas afectadas", dice el psiquiatra. Un grupo de comparación tratado con acupuntura también mostró una mejora de los síntomas clínicos, pero no de los efectos neuronales en el examen de resonancia magnética. Sin embargo, la retroalimentación entre músculos y cerebro no sólo funciona en la región glabelar. Este es el resultado de un estudio de base de datos en el que participaron el profesor Krüger y su colega el profesor Wollmer y que ya fue publicado en la revista Scientific Reports a finales de 2021. En colaboración con la Universidad de California en San Diego, descubrieron que la toxina botulínica también puede aliviar los trastornos de ansiedad cuando se inyecta en los músculos de la cabeza, los músculos de las extremidades superiores e inferiores y los músculos del cuello.
Hasta ahora, sin embargo, el tratamiento con BTX para las enfermedades mentales no se ha incluido en los servicios prestados por las compañías de seguros médicos. El psiquiatra espera que esto cambie cuando se haya investigado mejor el modo de acción.
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