Los vídeos con síntomas de resfriado activan regiones cerebrales y desencadenan la respuesta inmunitaria

Estudio sobre la actividad cerebral y la concentración de anticuerpos

07.02.2025
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Las personas que ven vídeos de personas estornudando o enfermas muestran una mayor actividad en regiones cerebrales que representan una interfaz entre el cerebro y el sistema inmunitario y reaccionan ante posibles peligros. Al mismo tiempo, aumenta la concentración de anticuerpos en su saliva. Las conclusiones de un estudio realizado por investigadores del Departamento de Biología de la Universidad de Hamburgo indican que una parte importante del sistema inmunitario responde incluso antes de que un patógeno penetre en el organismo. Los resultados se han publicado en la revista "Brain Behaviour and Immunity".

A lo largo de la historia de la humanidad, las enfermedades transmisibles, especialmente las infecciones víricas respiratorias como el SARS-CoV-2 o la gripe, han sido uno de los principales factores de mortalidad humana. La amenaza constante que supone la transmisión de patógenos ha llevado al desarrollo de diversos mecanismos fisiológicos del sistema inmunitario; por ejemplo, el organismo libera proteínas para defenderse de los patógenos.

Para reducir la probabilidad de contacto con patógenos, los seres humanos también disponen de un repertorio de adaptaciones conductuales, el llamado sistema inmunitario conductual. Éste ayuda a reconocer olores o signos visibles en el entorno como indicios de patógenos y desencadena conductas de evitación y sentimientos como la aversión o el asco.

Un estudio realizado por científicos del Departamento de Biología de la Universidad de Hamburgo ha permitido comprender mejor la interacción entre ambos sistemas inmunitarios. Sesenta y dos participantes vieron vídeos cortos en los que aparecían personas con o sin signos infecciosos de enfermedad. Al mismo tiempo, se midió su actividad cerebral mediante resonancia magnética funcional.

Además, los investigadores estudiaron las reacciones iniciales de defensa del sistema inmunitario. Para ello, midieron la liberación de inmunoglobulina A secretora (sIgA) en la saliva. La sIgA es el anticuerpo más importante para combatir los patógenos en las vías respiratorias y normalmente se libera cuando los patógenos entran en contacto con las mucosas. Sin embargo, también hay pruebas de una liberación proactiva de sIgA en respuesta a signos de enfermedad, que los dos investigadores ya han podido demostrar en estudios anteriores.

"La percepción de estornudos y personas enfermas en comparación con personas no contagiosas activó la ínsula anterior, una región cerebral que participa en la interocepción, es decir, la percepción de las reacciones fisiológicas del propio cuerpo, y que representa una importante interfaz entre el cerebro y el sistema inmunitario. Además, los sujetos de prueba mostraron un aumento de la liberación de sIgA análogo a la intensidad de la actividad insular", afirma la Dra. Esther Diekhof, jefa del grupo de trabajo de Neuroendocrinología del Departamento de Biología de la Universidad de Hamburgo y autora del estudio. "Esto indica un papel central de esta región cerebral en el control de la respuesta inmunitaria humoral, que prepara la mucosa oral para el contacto esperado con el patógeno, por ejemplo, cuando alguien estornuda en las inmediaciones".

"Por el contrario, la amígdala -una región cerebral implicada en respuestas emocionales como el miedo y la ansiedad- mostró una mayor activación en todos los vídeos en los que se veía a personas. Esto indica un estado de alerta inespecífico ante la presencia de personas", añade Judith Keller, estudiante de doctorado del grupo de investigación de Neuroendocrinología y también autora del estudio.

"En conjunto, los resultados del estudio muestran un mecanismo de procesamiento de las señales de infección. Mientras que la ínsula coordina la activación inmunitaria central, la amígdala podría funcionar más como un sistema de alarma para situaciones sociales con un mayor riesgo de contagio", afirma Diekhof. "Esta respuesta inmunitaria podría ayudar a las personas a afrontar el riesgo de infección activando contramedidas y preparando al organismo para la carga patógena prevista".

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