Las células asesinas naturales tienen una función sorprendente
Gestionan la cicatrización de las heridas en la piel
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Las células asesinas naturales son un tipo específico de células inmunitarias. Reconocen las células anormales del cuerpo, como las cancerosas o las infectadas por virus, y las eliminan. Un equipo internacional de investigación dirigido por Christian Stockmann, profesor del Instituto de Anatomía de la Universidad de Zúrich (UZH), ha descubierto ahora que las células asesinas tienen otra función sorprendente: Gestionan la cicatrización de las heridas en la piel. "Hemos podido modificar genéticamente estas células en ratones para acelerar el crecimiento de los vasos sanguíneos y hacer que las heridas de la piel se cierren más rápidamente. Sin embargo, esto tiene el efecto de debilitar la defensa inmunitaria, aumentando así la susceptibilidad a las infecciones bacterianas", dice Stockmann.
La curación acelerada de las heridas conlleva un mayor riesgo de infección
La investigación biomédica se ha centrado mucho en encontrar formas de influir en los procesos de cicatrización de las heridas. Sobre todo, los investigadores han buscado métodos para estimular y acelerar la formación de nuevos vasos sanguíneos, ya sea directa o indirectamente, influyendo en la respuesta inmunitaria. Sin embargo, Stockmann advierte que hay que tener cuidado: "Nuestros resultados muestran que puede haber un mayor riesgo de infección asociado a estos enfoques".
Otra cuestión abierta es hasta qué punto las células asesinas naturales influyen no sólo en la velocidad sino también en la calidad de la cicatrización de las heridas, por ejemplo, en la composición del tejido conectivo o en la regeneración de los folículos pilosos, las glándulas y otros componentes de la piel. "La cuestión más interesante es cómo podemos conseguir acelerar la cicatrización de las heridas al tiempo que reforzamos la defensa inmunitaria contra las infecciones", afirma Stockmann.
Aprovechar las células asesinas para combatir las bacterias resistentes a los antibióticos
El inmunólogo y anatomista también ve otro potencial en las células asesinas. Los tratamientos modernos contra el cáncer ya utilizan agentes terapéuticos que activan y estimulan las células asesinas para que maten las células cancerosas de forma más agresiva. "Nuestros datos sugieren que este tipo de agentes también pueden ser eficaces contra las infecciones bacterianas, algo que sin duda debería explorarse más a la luz del creciente número de bichos resistentes a los antibióticos", afirma Stockmann.
Las células asesinas naturales se comunican continuamente con otras células de defensa e influyen en su actividad. Para ello, segregan unas sustancias mensajeras conocidas como citoquinas. En su estudio, los investigadores se dieron cuenta de que las células asesinas también se infiltran en las lesiones cutáneas con niveles muy bajos de oxígeno (hipoxia). En estos tejidos, las células asesinas cambian su expresión genética para adaptarse a la falta de oxígeno. Los factores de transcripción inducibles por la hipoxia (HIF) son los responsables de esta adaptación. En los ratones, si falta uno de estos factores, llamado HIF-1α, la liberación de ciertas citoquinas se ve afectada. En respuesta, los vasos sanguíneos crecen más rápidamente en la piel, lo que acelera la curación de las heridas. Sin embargo, al mismo tiempo se limita la lucha contra las infecciones bacterianas. La balanza se inclina entonces a favor de la cicatrización de la herida, pero con un mayor riesgo de infección.
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