Sustancias químicas potencialmente dañinas en los juguetes de plástico
Una nueva investigación sugiere que más de 100 sustancias químicas encontradas en los materiales de los juguetes de plástico pueden suponer posibles riesgos para la salud de los niños
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Las normativas y los sistemas de etiquetado varían según las regiones y los países, y no existe un acuerdo internacional sobre qué sustancias deben prohibirse en los materiales de los juguetes. En su mayor parte, las normativas y las listas internacionales de "sustancias químicas preocupantes" en los juguetes se centran en determinados grupos de sustancias con propiedades nocivas conocidas, como los ftalatos, pero no abarcan la gama más amplia de sustancias químicas que se encuentran en los juguetes de plástico.
Investigadores de la DTU y la Universidad de Michigan, junto con ONU Medio Ambiente, han estudiado esta importante cuestión, han analizado los datos sobre las funciones químicas y las cantidades encontradas en los juguetes de plástico, y han cuantificado la exposición de los niños y los posibles riesgos para la salud. Clasificaron las sustancias químicas según su riesgo para la salud y compararon estos resultados con las listas de sustancias prioritarias existentes en todo el mundo. El estudio se ha publicado con acceso abierto en la revista Environment International.
"De las 419 sustancias químicas encontradas en los materiales plásticos duros, blandos y de espuma utilizados en los juguetes para niños, identificamos 126 sustancias que pueden ser potencialmente perjudiciales para la salud de los niños, ya sea por efectos cancerígenos o no cancerígenos, incluyendo 31 plastificantes, 18 retardantes de llama y 8 fragancias. Ser perjudicial en nuestro estudio significa que, para estas sustancias químicas, las dosis de exposición estimadas superan las dosis de referencia reglamentarias (RfD) o los riesgos de cáncer superan los umbrales de riesgo reglamentarios (todas las sustancias en la "zona roja" de la figura inferior). Hay que dar prioridad a la eliminación de estas sustancias en los materiales de los juguetes y sustituirlas por alternativas más seguras y sostenibles", afirma Peter Fantke, profesor de DTU Management y principal investigador del estudio.
Nicolò Aurisano, primer autor del estudio y estudiante de doctorado de Peter, explica que los fabricantes de juguetes no suelen facilitar ninguna información sobre el contenido químico de los mismos y que faltan bases de datos sobre su composición. Por ello, los investigadores tuvieron que recopilar y analizar la información sobre el contenido de sustancias químicas en los materiales de los juguetes a partir de los datos de pruebas químicas de juguetes específicos recogidos en 25 estudios diferentes revisados por expertos.
Nicolò afirma además: "Hemos combinado el contenido químico notificado en los materiales de los juguetes con las características de los materiales y los patrones de uso de los juguetes, como el tiempo que suele jugar un niño con un juguete, si se lo lleva a la boca y cuántos juguetes hay en un hogar por niño. Utilizamos esta información para estimar la exposición mediante modelos de balance de masas de alto rendimiento, y comparamos las dosis de exposición con las dosis por debajo de las cuales no existe un riesgo inaceptable para los niños".
Los investigadores descubrieron que los niños de los países occidentales tienen una media de unos 18 kilogramos de juguetes de plástico, lo que pone de manifiesto las grandes cantidades de plástico de las que están rodeados los niños a diario.
Entre las sustancias químicas que los investigadores identificaron como posiblemente preocupantes para la salud de los niños se encuentran, por ejemplo, los ftalatos y los retardantes de llama bromados, ampliamente conocidos, pero también los dos plastificantes butirato TXIB y citrato ATBC, que se utilizan como alternativas a algunos ftalatos regulados.
"Estas alternativas mostraron indicios de un alto potencial de riesgo no cancerígeno en los niños expuestos y deberían evaluarse más a fondo para evitar "sustituciones lamentables", en las que un producto químico nocivo se sustituye por una alternativa igualmente nociva. En general, los plásticos blandos provocan una mayor exposición a determinadas sustancias químicas nocivas, y la exposición por inhalación domina la exposición general de los niños, ya que éstos pueden inhalar sustancias químicas que se difunden de todos los juguetes de la habitación, mientras que normalmente sólo tocan un juguete a la vez", explica Peter Fantke.
Un camino hacia el uso seguro de las sustancias químicas en los juguetes de plástico Existen muchas listas que informan sobre las "sustancias químicas preocupantes" en las aplicaciones de productos y materiales. Sin embargo, lo que falta actualmente es información sobre los niveles en los que el uso de sustancias químicas en las diferentes aplicaciones sería seguro y sostenible. Aquí, los investigadores introducen una nueva métrica para evaluar el contenido de sustancias químicas en los materiales de los juguetes en función de la exposición y el riesgo.
Peter Fantke lo explica: "Dado que las mismas sustancias químicas pueden encontrarse en diferentes concentraciones en los materiales de los juguetes, hemos calculado el 'contenido químico máximo aceptable' (MACC) para todas las sustancias que se encuentran en los juguetes de plástico. Esta información permitirá a los responsables de la toma de decisiones desarrollar puntos de referencia para varias sustancias químicas en diferentes aplicaciones, pero también ayudará a las empresas jugueteras a evaluar la cantidad de sustancias químicas utilizadas para una función específica en función de dichos puntos de referencia."
Como padre, seguirá siendo difícil evitar el uso de juguetes de plástico que puedan contener sustancias químicas nocivas, hasta que los reguladores incluyan todas las sustancias y aborden la exposición a los juguetes que se producen fuera de Europa y se importan al mercado europeo. Un buen consejo de los investigadores es, por tanto, reducir el consumo de materiales plásticos en general, evitar el uso de juguetes de plástico blando y recordar ventilar bien todos los días las habitaciones de sus hijos.
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