Arrojar tomates a las bacterias
Avances en el uso de cáscaras de tomate desechadas para desarrollar mezclas antimicrobianas
ITQB NOVA
La cáscara de la fruta es la armadura de los frutos, que actúa como barrera contra los daños externos, la invasión de patógenos y evita la pérdida de agua. La cutícula es la parte más externa de la piel de la fruta y está compuesta principalmente por cutina. Este polímero (una red de moléculas), muy abundante en la naturaleza, proporciona propiedades antimicrobianas a la cáscara. Debido a su cutícula fácilmente desmontable, el tomate es un modelo clave para los estudios sobre la cutina.
Portugal es el tercer mayor procesador de tomates de Europa y el orujo resultante suele destinarse a la alimentación animal. En este artículo, un equipo de científicos dirigido por la IP del ITQB NOVA, Cristina Silva Pereira, se centró en seguir explorando el potencial del orujo de tomate como fuente de mezclas antimicrobianas extraídas de la cutina, mediante un método rápido, sencillo y sostenible.
Dependiendo de los métodos de procesamiento y cultivo, la composición de los orujos puede variar significativamente (diferentes cantidades de semillas, cáscaras y tallos). El equipo estudió el proceso de extracción de dos orujos de tomate, producidos en dos países diferentes. Utilizaron un extractor líquido, que permite recuperar la cutina con pequeñas alteraciones y lavar los componentes restantes. Además, este extractor es biodegradable, biocompatible y puede ser reciclado y reutilizado.
Los investigadores demostraron que los extractos podían procesarse para obtener mezclas con actividad antimicrobiana contra bacterias patógenas. Ambas mezclas mostraron eficacia contra Staphylococcus aureus y Escherichia coli. Sin embargo, hubo algunas diferencias en la eficacia contra E. coli, dependiendo de la composición del orujo.
"Muchos estudios han explorado el potencial de las cáscaras de tomate como fuente de cutina", dice Rita Escórcio, que ha estado estudiando el proceso durante su doctorado. "Sin embargo, se basan en procesos largos con múltiples pasos. Acabamos de aportar una prueba de concepto de que es posible utilizar el orujo de tomate para extraer cutina con un método rápido, sencillo y ecológico. A continuación, los extractos pueden procesarse para obtener mezclas con propiedades antimicrobianas". En el futuro, estas mezclas podrán utilizarse para proporcionar propiedades antimicrobianas a los biomateriales.
"Se trata de una importante contribución al futuro del uso circular del orujo de frutas", añade Cristina Silva Pereira, jefa del en el laboratorio de Micología Aplicada y Ambiental, donde Rita desarrolla su trabajo. "Se necesitan más estudios para optimizar la producción de mezclas bactericidas más amplias a partir de cualquier fuente rica en cutina. En el futuro, el objetivo es trasladar este proceso a la escala industrial y buscar métodos para hacerlo aún más ecológico".
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