Esperanza para el tratamiento de personas con quemaduras graves

Los investigadores están desarrollando un fármaco innovador para prevenir el rechazo de los injertos de piel de donantes.

19.11.2024
Copyright: Karin Kaiser/MHH

Desarrollo de un medicamento para el tratamiento de pacientes con quemaduras graves: el nuevo biofármaco está diseñado para prevenir el rechazo de la piel donada trasplantada.

Cuando las personas sufren quemaduras graves, no sólo hay riesgo de infección en la herida. La gran pérdida de líquido también puede provocar un shock circulatorio potencialmente mortal. Por lo tanto, la piel destruida debe sustituirse lo antes posible. Lo ideal es tratar las heridas con piel del propio paciente procedente de partes sanas del cuerpo, los llamados injertos de piel de grosor parcial. Sin embargo, el tejido suele ser insuficiente para cubrir estos defectos cutáneos. Además, la extirpación de piel puede acarrear más complicaciones. En estos casos, los cirujanos utilizan sustitutos biológicos y sintéticos de la piel para cubrir la herida, al menos temporalmente. Sin embargo, hasta ahora no ha sido posible fabricar un sustituto cutáneo completo que pueda utilizarse en cualquier lugar y no provoque reacciones de rechazo. El profesor Dr. Peter M. Vogt, director del Departamento de Cirugía Plástica, Estética, de la Mano y Reconstructiva de la Facultad de Medicina de Hannover (MHH), y su equipo científico quieren cambiar esta situación. Desde 2019, los investigadores han estado trabajando en la modificación de un trasplante hecho de piel de donante humano de tal manera que la reacción inmune no deseada de las víctimas de quemaduras se mantenga bajo control de manera óptima después de la cirugía. El proyecto 'Desarrollo de un biofármaco US11 para la supresión local de la respuesta inmune después del trasplante' está financiado por la Fundación VHV y ahora recibirá una financiación de seguimiento de alrededor de 770.000 euros durante tres años más.

Engañar al sistema inmunitario

Nuestro sistema inmunitario sólo acepta células de nuestro propio cuerpo. Todo lo que es "alogénico", es decir, ajeno al organismo, es atacado. Esto también se aplica a los trasplantes, como los de tejidos u órganos de donantes. Las células inmunitarias se orientan mediante las denominadas proteínas MHC de la superficie celular. Éstas son, por así decirlo, el carné de identidad de la célula y varían de una persona a otra. Las células T de la defensa inmunitaria utilizan las proteínas MHC para decidir si tienen que intervenir o no. Para evitar que un trasplante de piel de donante humano sea rechazado, hay que inhibir la defensa inmunitaria con medicación. Sin embargo, esta inhibición tiene un importante inconveniente: los agentes patógenos lo tienen fácil y se pueden producir enfermedades infecciosas graves. En su proyecto, los investigadores intentan burlar al sistema inmunitario sin paralizar por completo las defensas del organismo.

"Hemos modificado muestras de tejido del banco de piel de nuestro departamento para que las células cutáneas sólo presenten en su superficie un determinado grupo de proteínas MHC llamadas MHC-I en pequeñas cantidades", explica la Dra. Vesna Bucan, directora científica del proyecto. El tejido procede de donaciones de "piel sobrante" de operaciones de estiramiento cutáneo en clínica. "Procesamos la piel viva del donante, la sometemos a pruebas microbiológicas y virológicas y la almacenamos en un medio crioprotector especial a 180 °C bajo cero para su posterior trasplante", explica la bióloga humana. En un primer paso, los investigadores trabajaron con vectores virales que, a modo de taxis genéticos, transportan a las células del injerto de piel el plano de una proteína llamada US11. La proteína US11 producida en el interior de la célula garantiza que el MHC-I se corte en varios trozos y se elimine. "Como la mayoría de las proteínas MHC-I ya no llegan a la superficie celular, el sistema inmunitario no reconoce inmediatamente la célula como extraña y la respuesta inmunitaria es mucho más débil", señala el Dr. Bucan.

Empaquetado seguro en la célula diana

En el siguiente paso, el grupo de investigación quiere introducir US11 directamente en la célula sin ayuda de un taxi genético, para que la proteína sea aún más eficaz. Para evitar que se descomponga prematuramente en su camino hacia la célula, se encapsulará en los llamados niosomas. Se trata de esferas microscópicamente pequeñas que pueden envolver de forma protectora el principio activo y mejorar su transporte a la célula diana. "Esta novedosa y eficaz forma de administración ya ha sido probada y aprobada, por ejemplo, para la vacuna contra el coronavirus de BioNTech", explica el profesor Vogt. El grupo de trabajo cuenta con el apoyo del Instituto de Tecnología de Partículas de la Universidad Técnica de Braunschweig.

El siguiente paso es utilizar un modelo de ratón para determinar la dosis a la que el fármaco es más eficaz y bien tolerado. Actualmente, la US11 se sigue produciendo mediante bacterias. A largo plazo, la proteína se producirá sintéticamente para garantizar una calidad constante y excluir la contaminación bacteriana. Si todo va bien, el fármaco podría utilizarse en el futuro para suprimir el rechazo de trasplantes hechos a partir de piel de donantes sin afectar a todo el sistema inmunitario. "Esto no sólo facilitaría el trabajo del personal médico, sino que reduciría considerablemente la carga que soportan los pacientes", subraya el director de la clínica.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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