¿Hasta qué punto se adapta el cerebro adolescente al estrés psicosocial?

Cómo afectan los factores de riesgo ambientales a la salud mental de los jóvenes de 14 a 24 años

02.08.2024
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Las enfermedades mentales suelen aparecer por primera vez durante la pubertad y en la edad adulta temprana. Esto se debe a que durante el desarrollo cerebral adolescente se produce una pronunciada remodelación de las redes cognitivas. Por un lado, esta remodelación favorece la maduración de funciones cognitivas más complejas y la capacidad de encajar en el entorno social. Por otro, esta fase del desarrollo puede asociarse a una mayor inestabilidad y susceptibilidad a las influencias negativas del entorno, lo que puede afectar a la salud mental de los adolescentes. En un estudio publicado recientemente en la revista Nature Communications, Meike Hettwer y Sofie Valk, del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas de Leipzig y del Forschungszentrum Jülich, investigaron cómo los factores de riesgo ambientales -como las experiencias traumáticas y los entornos familiares disfuncionales- afectan a la salud mental de los jóvenes de 14 a 24 años y cómo la susceptibilidad a estos factores puede cambiar en un individuo a lo largo del tiempo.

Para su análisis, los investigadores utilizaron un conjunto de datos públicos de Cambridge y Londres. Se incluyeron factores sociales como el cuidado de los hijos por parte de los padres y las redes de amistad, así como los traumas. Examinaron la salud mental de más de dos mil jóvenes de 14 a 24 años y la relacionaron con la mielinización del cerebro en un subgrupo de 141 individuos. La mielina es una capa protectora blanquecina de proteínas y grasas que rodea las proyecciones de las células nerviosas y actúa como un "pegamento" en el cerebro para garantizar que las señales puedan fluir sin perturbaciones de célula a célula. La mielinización actúa como un estabilizador que refuerza las conexiones de la red en cuanto se establecen, pero también como un aislante que permite que la información se transmita con mayor rapidez y eficacia.

Durante un periodo de tiempo más largo, los investigadores controlaron la capacidad de adaptación de los cerebros de los adolescentes a los factores de riesgo psicosocial. Para ello, los participantes se sometieron a dos resonancias magnéticas, cada una con uno o dos años de diferencia. "Observamos específicamente los cambios en la medida en que los factores de estrés, por ejemplo, el abandono familiar o el acoso escolar, afectan a la salud mental de los jóvenes y su capacidad de adaptación. ¿Qué ha cambiado en sus cerebros a lo largo del tiempo que pueda suponer una ventaja para su capacidad de adaptación positiva, es decir, para su resiliencia? Y los adolescentes que se volvieron más resilientes con la edad mostraron una mayor mielinización en el córtex prefrontal. El papel central del córtex prefrontal en la resiliencia de los adolescentes apunta a una intrigante conexión entre la salud mental y las funciones cognitivas superiores.

Esto se debe a que una maduración más eficiente de las redes prefrontales puede estar relacionada con el hecho de que los adolescentes regulan mejor sus emociones, evalúan las situaciones de forma más realista y desarrollan estrategias cognitivas para afrontar mejor los entornos emocionalmente desafiantes y encontrar su propio camino", explica la primera autora Meike Hettwer, estudiante de doctorado del grupo de investigación de Sofie Valk en el MPI CBS y la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf. "En los adolescentes, que tienden a ser más susceptibles al estrés psicosocial con la edad, no ha cambiado tanto la mielinización prefrontal. Explicamos esto por el hecho de que cuanto más maleable es la red cerebral, más vulnerable es y más susceptible es a las influencias psicosociales negativas del exterior. Vemos que la mayor estabilización a través de la mielina también va de la mano de una mayor estabilidad de las redes funcionales. Los adolescentes, que se vuelven más vulnerables con la edad, muestran menos estabilidad y más cambios en las redes".

¿Podría fomentarse la estabilidad de las redes en los jóvenes? Sofie Valk, última autora del estudio, afirma: "En primer lugar, este estudio debería repetirse en grupos de adolescentes con mayores factores de riesgo y en pacientes con enfermedades mentales manifiestas. Sería importante saber si nuestros resultados pueden reproducirse allí. En general, es importante saber que la resiliencia y la vulnerabilidad a los factores de riesgo psicosociales ambientales muestran considerables diferencias individuales, que se reflejan en el desarrollo dinámico estructural y funcional del cerebro. Uno de los principales factores de riesgo en la adolescencia es un entorno social difícil, por ejemplo, el acoso en la escuela, el maltrato o el abandono en el hogar. La naturaleza dinámica de la mielina sugiere un beneficio potencial de las intervenciones dirigidas a trayectorias desviadas en adolescentes de riesgo. Un mayor contacto positivo con servicios psicosociales de apoyo podría promover la plasticidad del cerebro dependiente de la experiencia".

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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