Las bacterias intestinales pueden dañar el intestino
Investigadores del Centro Médico Universitario de Maguncia investigan el papel del microbioma en el desarrollo de enfermedades intestinales
© Universitätsmedizin Mainz / Christoph Reinhardt
El intestino alberga más de 100 billones de bacterias, es decir, más que las células corporales de una persona. El conjunto de microorganismos del intestino también se denomina microbioma o flora intestinal. Las tareas de las bacterias intestinales son múltiples: por ejemplo, ayudan en la digestión, evitan que se instalen agentes patógenos y entrenan el sistema inmunitario. Sin embargo, también hay bacterias que pueden provocar flatulencias o problemas digestivos, por ejemplo. Hasta ahora no se sabía a través de qué mecanismos el microbioma puede influir en el intestino y su salud.
"Hemos podido identificar por primera vez qué vía de señalización es relevante para una barrera intestinal estable y cómo el microbioma intestinal puede influir en ella. La fortaleza de la barrera intestinal viene determinada por un mecanismo del epitelio intestinal denominado vía de señalización Hedgehog. Las bacterias intestinales pueden inhibir esta importante vía de señalización de Hedgehog y debilitar así la barrera intestinal", explica la Dra. Giulia Pontarollo, primera autora de la publicación e investigadora asociada del CTH.
Para poder identificar con detalle las interacciones de una especie bacteriana entre los billones de bacterias intestinales, los investigadores de Maguncia utilizaron un método especial: los llamados gnotobióticos: "Con este método podemos descifrar la interacción de las bacterias con el organismo investigando específicamente una sola interacción en condiciones libres de gérmenes en un modelo animal. Sólo así es posible distinguir las bacterias beneficiosas de las perjudiciales", explica el Prof. Univ. Dr. Christoph Reinhardt, jefe del grupo de trabajo del Centro de Trombosis y Hemostasia (CTH) del Centro Médico Universitario de Maguncia y miembro de la Escuela de Investigación Gutenberg (GFK).
Los investigadores descubrieron que la interacción de las bacterias con la barrera intestinal desencadena un mecanismo por el cual la proteína neuropilina-1 se degrada en el epitelio intestinal. Sin esta importante proteína, la actividad de la vía de señalización Hedgehog disminuye. Como consecuencia, se altera el desarrollo celular y se forman menos componentes estabilizadores en el epitelio intestinal. El resultado: una barrera intestinal debilitada y permeable.
Además, el equipo de investigación descubrió que la falta de neuropilina-1 impide la formación de vasos en las vellosidades intestinales. Estos capilares son especialmente importantes para la absorción eficaz de nutrientes.
"Estos nuevos hallazgos son esenciales para comprender cómo el microbioma promueve las respuestas inflamatorias en el intestino y el desarrollo del cáncer colorrectal. Nuestro objetivo es trasladar estos conocimientos a la investigación clínica para poder derivar nuevas estrategias terapéuticas de forma selectiva", afirma el profesor Reinhardt.
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