La degradación de proteínas modificadas podría tratar el Alzheimer y otras enfermedades "incurables
Una nueva técnica se dirige específicamente a determinadas proteínas y las rompe, en lugar de limitarse a interferir con ellas.
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Los investigadores han estado estudiando la degradación selectiva de proteínas (DPT) como una forma de llegar a las proteínas difíciles de tratar, es decir, aquellas en las que fallan los inhibidores u otras técnicas convencionales. Aunque estos degradadores han demostrado ser prometedores, las cosas pueden complicarse si las proteínas se someten a un "postprocesamiento" o a modificaciones postraduccionales tras su formación. Hasta ahora, ninguna técnica de TPD ha podido dirigirse a este tipo de proteínas.
Una proteína que sería especialmente ventajoso destruir es la p38, que interviene en varias vías de señalización celular y está relacionada con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Aunque se han hecho intentos previos de tratar la enfermedad centrándose en la p38 -incluido un candidato a fármaco que pasó por dos fases de ensayos clínicos-, sufrieron efectos fuera del objetivo y una eficacia limitada. Pero, como muchas proteínas, la p38 sufre modificaciones postraduccionales, incluida la fosforilación, para formar la p-p38. Esto añade un grupo fosfato a la proteína, activándola y cambiando su forma. Al centrarse en esta forma, el tratamiento podría ser más específico. Así pues, Nam-Jung Kim, Kyung-Soo Inn, Jong Kil Lee y sus colegas querían crear, por primera vez, un degradador de proteínas que pudiera atacar y descomponer la p-p38, y ofrecer potencialmente una nueva vía para tratar la enfermedad de Alzheimer.
El equipo estudió varios compuestos específicos para la p-p38 y finalmente encontró el PRZ-18002, que inducía selectivamente la degradación de la p-p38 por encima de proteínas similares y de su forma inactivada. De hecho, el PRZ-18002 mantuvo su selectividad incluso cuando se probó contra 96 proteínas quinasas diferentes similares a la p38. Cuando se administró a los cerebros de ratones modelo de la enfermedad de Alzheimer, el compuesto reguló a la baja la vía p38, mejorando las capacidades cognitivas, incluido el razonamiento espacial, y la química cerebral relacionada con la enfermedad, como la acumulación de placas beta-amiloides. Los investigadores afirman que este trabajo podría proporcionar algún día un tratamiento novedoso para la enfermedad de Alzheimer y abrir oportunidades para futuros tratamientos de otras enfermedades en las que también intervengan proteínas modificadas.
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