La segunda ola de la pandemia de 1918 tuvo consecuencias fatales

La historia se repite

10.02.2021 - Suiza

En caso de pandemia, el retraso en las reacciones y un enfoque descentralizado por parte de las autoridades al inicio de una ola de seguimiento pueden provocar consecuencias más duraderas, graves y mortales, según han descubierto investigadores de las universidades de Zúrich y Toronto. El equipo interdisciplinar comparó la gripe española de 1918 y 1919 en el cantón de Berna con la pandemia de coronavirus de 2020.

A. & G. Zimmermann, Geneva; Archive of the History of Medicine, University of Zurich (estate of Leonie Moser)

Miembros del ejército durante la gripe española en el hospital de Olten.

La gripe española fue la mayor catástrofe demográfica de la historia reciente de Suiza, causando aproximadamente 25.000 muertes en el país durante 1918 y 1919. A raíz de la actual pandemia de coronavirus, ha aumentado el interés público y científico por los acontecimientos de aquella época. Un equipo interdisciplinar de investigadores en medicina evolutiva, historia, geografía y epidemiología de las universidades de Zúrich y Toronto ha dedicado varios años a analizar los datos históricos sobre la propagación de las enfermedades gripales durante 1918 y 1919 en el cantón de Berna. El cantón es ideal como estudio de caso suizo, porque es grande y tiene un paisaje diverso, fue particularmente afectado por la gripe española, y justo al comienzo de la pandemia, en julio de 1918, introdujo la obligación de notificar los casos.

Medidas de salud pública eficaces en la primera oleada

Los resultados del nuevo estudio muestran que la propagación de la gripe española fue diferente según la región. En la primera oleada, en julio y agosto de 1918, el cantón de Berna intervino con relativa rapidez, firmeza y centralidad, incluso restringiendo las reuniones y cerrando las escuelas. "Vemos en las cifras que estas medidas -similares a las actuales- se asociaron a un descenso del número de contagios", afirma el coautor Kaspar Staub, del Instituto de Medicina Evolutiva de la Universidad de Zúrich. Después de que la primera oleada remitiera, el cantón levantó todas las medidas por completo en septiembre de 1918, lo que provocó un rápido resurgimiento de los casos y el inicio de una segunda oleada al poco tiempo.

El retraso en el inicio de la segunda oleada fue fatal

Al comienzo de la segunda oleada, en octubre de 1918, el Cantón de Berna reaccionó de forma vacilante, a diferencia de la primera oleada. Por temor a nuevas consecuencias económicas, las autoridades cantonales dejaron la responsabilidad de las nuevas medidas en manos de los distintos municipios durante varias semanas. "Este enfoque vacilante y descentralizado fue fatal y contribuyó a que la segunda oleada fuera aún más fuerte y durara más tiempo", afirma el coautor Peter Jüni, de la Universidad de Toronto.

Además, poco después del punto álgido de la segunda oleada, en noviembre de 1918, hubo una huelga nacional con manifestaciones sobre cuestiones sociales y laborales y, sobre todo, un mayor despliegue de tropas. Estas concentraciones masivas, así como la posterior relajación de la prohibición de las concentraciones cuando el número de casos era aún demasiado elevado, fueron acompañadas de un importante resurgimiento de las infecciones. Finalmente, cerca del 80% de las enfermedades y muertes registradas fueron atribuibles a la segunda oleada.

La historia se repite en 2020

Al comparar los recuentos semanales de casos de la gripe española y del coronavirus, los investigadores descubrieron que la segunda oleada comenzó casi en la misma semana del calendario tanto en 1918 como en 2020, y la respuesta oficial retardada fue similar. "Aunque sigue habiendo diferencias considerables entre las dos pandemias, los paralelos cada vez mayores entre 1918 y 2020 son notables", afirma Staub. El estudio también muestra que se dispone de conocimientos empíricos de pandemias anteriores -por ejemplo, sobre los retos y la forma de afrontar las olas de seguimiento-. "Desde noviembre de 2020, las muertes por Covid-19 han superado con creces las causadas por el cáncer o las enfermedades cardiovasculares y durante unos tres meses ha sido la causa más común de muerte en Suiza. En vista de la alta tasa de mortalidad durante la segunda ola en comparación con otros países, y con la amenaza de una tercera ola debido a las mutaciones del virus procedentes de Inglaterra, Sudáfrica y Brasil, las lecciones del pasado podrían ayudar a las autoridades y al público a repensar su respuesta", añade Jüni.

Datos de archivos históricos con relevancia para la actualidad

El estudio se basó en los registros de los Archivos Estatales de Berna sobre los casos de enfermedades similares a la gripe por municipio y región, según los informes semanales de los médicos a las autoridades cantonales. "Estos registros son un verdadero tesoro y un gran ejemplo de cómo los datos con más de 100 años de antigüedad pueden ser relevantes en la actualidad", afirma Staub. Ya en 2015, el equipo de investigación comenzó a transcribir los más de 9.000 informes médicos con más de 120.000 casos de gripe de 473 municipios berneses entre junio de 1918 y junio de 1919. A continuación, analizaron los datos con métodos epidemiológicos modernos y reconstruyeron las medidas adoptadas a nivel cantonal para evitar la propagación de la pandemia para crear una imagen global.

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