¿Deporte o tentempié? Cómo decide nuestro cerebro
La orexina es una sustancia química cerebral crucial cuando elegimos entre el deporte y las sabrosas tentaciones que nos acechan por todas partes
¿Debo ir a hacer ejercicio, o prefiero ir a la cafetería y disfrutar de un delicioso batido de fresa? Hasta ahora, lo que ocurre exactamente en nuestro cerebro cuando tomamos esta decisión era un misterio para la ciencia, pero investigadores de la ETH de Zúrich han encontrado la solución. Han descifrado qué sustancia química cerebral y qué células nerviosas median en esta decisión: la sustancia mensajera orexina y las neuronas que la producen.
Estos fundamentos neurocientíficos son relevantes porque mucha gente no hace suficiente ejercicio. Probablemente, la mayoría de nosotros ya ha decidido alguna vez, o incluso varias veces, saltarse el ejercicio en favor de alguna de las numerosas tentaciones alternativas de la vida cotidiana. Según la Organización Mundial de la Salud, el 80% de los adolescentes y el 27% de los adultos no hacen suficiente ejercicio. Y la obesidad está aumentando a un ritmo alarmante no sólo entre los adultos, sino también entre niños y adolescentes.
Centrarse en la orexina
"A pesar de estas estadísticas, muchas personas consiguen resistirse a las tentaciones constantemente presentes y hacer suficiente ejercicio", afirma Denis Burdakov, catedrático de Neurociencia de la ETH de Zúrich. "Queríamos saber qué hay en nuestro cerebro que nos ayuda a tomar estas decisiones".
En sus experimentos con ratones, los investigadores pudieron demostrar que la orexina desempeña un papel clave en este proceso. Es una de las más de cien sustancias mensajeras activas en el cerebro. Otros mensajeros químicos, como la serotonina y la dopamina, se descubrieron hace mucho tiempo y su función se ha descifrado en gran medida. La situación de la orexina es diferente: los investigadores la descubrieron relativamente tarde, hace unos 25 años, y ahora están aclarando sus funciones paso a paso. Burdakov es uno de los científicos que han dedicado sus esfuerzos a estudiar la orexina.
Los conocimientos existentes no pueden explicar la elección
"En neurociencia, la dopamina es una explicación popular de por qué elegimos hacer unas cosas pero evitamos otras", dice Burdakov. Este mensajero cerebral es fundamental para nuestra motivación general. "Sin embargo, nuestros conocimientos actuales sobre la dopamina no explican fácilmente por qué decidimos hacer ejercicio en lugar de comer", prosigue el científico. "Nuestro cerebro libera dopamina tanto cuando comemos como cuando hacemos ejercicio, lo que no explica por qué elegimos una cosa en lugar de la otra".
Para averiguar qué sí lo hace, los investigadores idearon un sofisticado experimento conductual con ratones, que podían elegir libremente entre ocho opciones diferentes en pruebas de diez minutos. Entre ellas había una rueda en la que podían correr y una "barra de batidos" en la que podían disfrutar de un batido estándar con sabor a fresa. "A los ratones les gustan los batidos por la misma razón que a las personas: contienen mucho azúcar y grasa y saben bien", explica Burdakov.
Menos tiempo en la barra de batidos
En su experimento, los científicos compararon distintos grupos de ratones: uno formado por ratones normales y otro en el que el sistema de orexina de los ratones estaba bloqueado, ya fuera con un fármaco o mediante la modificación genética de sus células.
Los ratones con un sistema de orexina intacto pasaron el doble de tiempo en la rueda de correr y la mitad en la barra de batidos que los ratones cuyo sistema de orexina había sido bloqueado. Curiosamente, el comportamiento de los dos grupos no difirió en los experimentos en los que los científicos sólo ofrecieron a los ratones la rueda de correr o el batido. "Esto significa que la función principal del sistema de la orexina no es controlar cuánto se mueven los ratones o cuánto comen", afirma Burdakov. "Más bien, parece fundamental para tomar la decisión entre una y otra, cuando ambas opciones están disponibles". Sin orexina, la decisión se decantaba claramente por el batido, y los ratones renunciaban a hacer ejercicio en favor de comer.
Ayudar a las personas que hacen poco ejercicio
Los investigadores de la ETH esperan que la orexina también sea responsable de esta decisión en los seres humanos; se sabe que las funciones cerebrales implicadas son prácticamente las mismas en ambas especies. "Ahora será cuestión de verificar nuestros resultados en humanos", dice Daria Peleg-Raibstein, jefa de grupo en la ETH de Zúrich. Ha dirigido el estudio junto con Denis Burdakov. Esto podría implicar el examen de pacientes que tienen un sistema de orexina restringido por razones genéticas, lo que ocurre en aproximadamente una de cada dos mil personas. Estas personas padecen narcolepsia (un trastorno del sueño). Otra posibilidad sería observar a personas que reciben un fármaco que bloquea la orexina. Tales fármacos están autorizados para pacientes con insomnio.
"Si comprendemos cómo arbitra el cerebro entre el consumo de alimentos y la actividad física, podremos desarrollar estrategias más eficaces para hacer frente a la epidemia mundial de obesidad y los trastornos metabólicos relacionados", afirma Peleg-Raibstein. En concreto, se podrían desarrollar intervenciones que ayuden a superar las barreras del ejercicio en individuos sanos y en aquellos cuya actividad física es limitada. Sin embargo, Burdakov señala que éstas serían cuestiones importantes para los científicos que se dedican a la investigación clínica en humanos. Él y su grupo se han dedicado a la investigación neurocientífica básica. Lo próximo que quiere averiguar es cómo interactúan las neuronas de orexina con el resto del cerebro a la hora de tomar decisiones como la de elegir entre hacer ejercicio o picar algo.
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