Una pomada con moléculas de ADN combate la dermatitis alérgica de contacto

Un estudio demuestra que los llamados aptámeros pueden absorberse directamente a través de la piel

08.07.2024
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Imagen simbólica

Investigadores de la Universidad de Bonn han aislado una molécula de ADN apta para combatir la dermatitis alérgica de contacto en ratones. Lo que se conoce como aptámero se une a determinadas sustancias mensajeras del sistema inmunitario, haciéndolas ineficaces. Funciona incluso si el principio activo se aplica sobre la piel en forma de pomada. Los grupos de trabajo implicados esperan que cremas con aptámeros como ésta puedan servir también para tratar otras afecciones cutáneas. Los resultados se han publicado en la revista Molecular Therapies - Nucleic Acids.

Marlene Gottschalk

Imágenes microscópicas de fluorescencia de la piel tratada con la crema de aptámeros: - Los aptámeros (aquí marcados en rosa) se aplicaron en la capa superior de la piel en forma de pomada y también penetran en las capas dérmicas más profundas (núcleo: azul; células presentadoras de antígeno: verde).

El ADN es una molécula larga en la que diferentes elementos se unen en una fila, de forma similar a las letras de una frase. Al igual que una frase almacena información, lo mismo ocurre con los hilos de ADN. Al mismo tiempo, el ADN es pegajoso, casi como una especie de mini velcro. Existe en los cromosomas en forma de dos hebras paralelas cuyas "superficies adhesivas" están enfrentadas.

Los aptámeros, sin embargo, son monocatenarios. Esto les permite unirse a otras moléculas e influir en su función. Las moléculas a las que se unen dependen de la secuencia de sus elementos: Los distintos aptámeros se unen a moléculas diferentes de una manera muy específica. Y es precisamente este punto el que los hace interesantes para la investigación de principios activos.

Pescar en la biblioteca de aptámeros

"Hoy en día es relativamente fácil producir enormes bibliotecas de aptámeros, cuya secuencia difiere al azar", explica el Prof. Dr. Günter Mayer, del Instituto LIMES (acrónimo de "Life and Medical Sciences") de la Universidad de Bonn. "Algunas de estas bibliotecas contienen millones de principios activos potenciales más que personas vivas en la Tierra".

Si se quiere inhibir una determinada estructura diana con aptámeros, basta con utilizarlos como anzuelos: Si los sumerges en la mezcla, los hilos de aptámeros adecuados se adhieren a ellos. "Utilizamos este método para aislar aptámeros que se adhirieran a una determinada proteína inmunitaria llamada CCL22", explica Mayer, que también es miembro de las Áreas de Investigación Transdisciplinar "Materia" y "Vida y Salud" de la Universidad de Bonn. "Después modificamos químicamente y optimizamos aún más estos hits".

Atrayente del sistema inmunitario

CCL22 es lo que se conoce como una quimioquina, que es una sustancia que controla la migración de células en el organismo. Si determinadas células inmunitarias detectan elementos de una bacteria o un virus, liberan quimiocinas y piden así ayuda a las fuerzas de defensa del organismo.

Algo similar ocurre con la dermatitis alérgica de contacto: Las proteínas del cuerpo son modificadas por el alérgeno - como un collar que contiene níquel. Estas modificaciones, en realidad inofensivas, son percibidas como extrañas por el sistema inmunitario, lo que, entre otras cosas, provoca la liberación de CCL22. El CCL22 atrae entonces a las células T, que migran al lugar de la acción. El resultado es una reacción alérgica.

La pomada de aptámeros ayuda a los ratones

"Ahora hemos administrado a ratones un aptámero contra el CCL22", explica la Dra. Irmgard Förster, colega de Mayer. El científico investiga sobre "Inmunología y medio ambiente" en el Instituto LIMES de la Universidad de Bonn y también es miembro del Cluster de Excelencia "ImmunoSensation2" y del Área de Investigación Transdisciplinar "Vida y Salud". "Esto bloqueó la quimioquina hasta cierto punto. Metafóricamente hablando, la nariz de las células T ya no era capaz de detectar el atrayente unido al aptámero".

Como resultado, la reacción alérgica de la piel disminuyó tras el tratamiento con el aptámero. Increíblemente, esto funciona incluso si el principio activo se ha aplicado en las zonas inflamadas en forma de pomada. "Esto nos ha permitido demostrar por primera vez que los aptámeros también pueden administrarse de esta forma", destaca Günter Mayer. "Las dos autoras principales, Anna Jonczyk y Marlene Gottschalk, que llevaron a cabo los experimentos, quedaron ellas mismas sorprendidas por este resultado y entusiasmadas por el futuro potencial terapéutico".

Aún no está claro si el método se aplica también a los humanos

Los investigadores quieren averiguar ahora si este método funciona también en otras afecciones cutáneas. "Quizá sea posible tratar afecciones como la dermatitis atópica o incluso el melanoma maligno con cremas especiales de aptámeros contra esta u otras proteínas diana", espera Irmgard Förster. "Sin embargo, nuestros resultados hasta ahora sólo se aplican a ratones. Queda por ver si el enfoque también se aplica a los humanos".

Instituciones participantes y financiación

Junto con el Instituto LIMES y el Centro de Investigación y Desarrollo de Aptámeros de la Universidad de Bonn, participan el Instituto de Inmunidad Innata del Hospital Universitario de Bonn y la Universidad de Melbourne (Australia). El estudio se financió con fondos de la Fundación Alemana para la Investigación (DFG).

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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