Los científicos descubren el efecto salvador de la dexametasona en COVID-19

Nuevo enfoque para el desarrollo de fármacos específicos

05.07.2024
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La dexametasona es uno de los fármacos más importantes en el tratamiento de la Covid-19 grave, pero los pacientes responden de forma muy diferente a la terapia. Investigadores del DZNE y de la Charité - Universitätsmedizin Berlin han descubierto ahora cómo influye el compuesto de cortisona en la respuesta inflamatoria alterada y qué pacientes se benefician de ella. Su método utiliza los denominados análisis unicelulares y permite albergar esperanzas de que se convierta en una herramienta de predicción precisa también para otras terapias y enfermedades. Los hallazgos se han publicado en la revista científica "Cell".

Durante mucho tiempo ha sido un rompecabezas por qué ciertos fármacos funcionan tan bien en algunas personas y no lo hacen en absoluto en otras. Investigadores del DZNE y de la Charité - Universitätsmedizin Berlin han probado ahora un método que permite descubrir los mecanismos moleculares subyacentes con más precisión que antes. Para su estudio, investigaron el efecto molecular de la dexametasona en pacientes con COVID-19 grave, que respondían de forma diferente al tratamiento con el fármaco.

Mediante los denominados análisis unicelulares, descubrieron que un determinado tipo de células inmunitarias es responsable de las reacciones totalmente contrarias. También identificaron una forma de predecir en una fase temprana del tratamiento si éste funcionará para la persona en cuestión. El método probado también podría ser útil en la terapia de otras enfermedades.

Los monocitos indican el curso de la terapia

Al principio de la pandemia de coronavirus, se puso de manifiesto que el sistema inmunitario de las personas con un curso grave de la enfermedad suele reaccionar excesivamente al virus. Por ello, se les administró dexametasona, un derivado de la cortisona que se utiliza para tratar numerosas enfermedades con el fin de influir en el sistema inmunitario. En muchos pacientes, el tratamiento con dexametasona produjo una rápida mejoría. Sin embargo, en otros individuos, el estado seguía siendo crítico, a veces incluso empeoraba y conducía a la muerte. Los resultados del estudio actual revelan ahora cómo actúa el fármaco en los casos en que la terapia es eficaz.

"Nuestros datos demuestran que el efecto salvador de la dexametasona está relacionado con la reacción de los llamados monocitos", afirma la Dra. Anna Aschenbrenner, del DZNE, que dirigió el estudio junto con el Prof. Dr. Florian Kurth, de Charité, y otros colegas. Los monocitos pertenecen a los glóbulos blancos y constituyen un componente central del sistema inmunitario. "Algunos de los monocitos mostraron una respuesta al tratamiento, pero sólo en aquellos individuos cuyo estado mejoró con la terapia y que finalmente sobrevivieron a la infección", afirma Aschenbrenner. "Por qué los monocitos muestran esta reacción en algunos pacientes y no en otros es un misterio. Sin embargo, también se sabe por otras enfermedades que la dexametasona no funciona igual de bien en todas las personas."

Firma alterada

Ya en 2020, en uno de los primeros estudios sobre la respuesta inmunitaria en personas con COVID-19 grave, los investigadores de Bonn y Berlín hallaron una "firma" de monocitos alterada y patológica; en términos sencillos, se trata de una especie de huella molecular que refleja las características de estas células inmunitarias. El tratamiento con dexametasona revirtió estos cambios cuando la terapia era eficaz, como se demuestra en el estudio actual. "La respuesta de los monocitos precede en varios días a la mejora del estado de salud", afirma Florian Kurth, del Departamento de Enfermedades Infecciosas y Medicina Crítica de la Charité. "Así, si las células inmunitarias responden a la dexametasona en una fase temprana, podemos anticipar que el tratamiento funcionará. Si las células no responden, lo que significa que la terapia no tendrá efecto, podemos utilizar medicamentos adicionales para ayudar a las personas afectadas." Sin embargo, es necesario seguir investigando antes de que el nuevo método pueda utilizarse en la práctica clínica.

Los investigadores pudieron dilucidar estos procesos con ayuda de la secuenciación unicelular. "Este método permite la caracterización individual de cada célula. Analizar las firmas celulares con tanto detalle proporciona una visión del organismo que no era posible hace tan sólo unos años", afirma el Prof. Dr. Joachim Schultze, Director de Medicina de Sistemas del DZNE y también uno de los autores principales del estudio. Utilizando la secuenciación unicelular, los investigadores estudiaron muestras de sangre de personas que fueron tratadas con dexametasona en Charité debido a la enfermedad COVID-19 grave. Al principio de la pandemia, estas muestras se habían recogido sistemáticamente en distintos momentos de la progresión de la enfermedad. Su análisis reveló que la reacción de los monocitos era un indicador del curso futuro de la terapia.

Nuevo enfoque para el desarrollo de fármacos específicos

"La importancia de nuestros resultados va mucho más allá de COVID-19", afirma el Prof. Dr. Leif Erik Sander, también uno de los investigadores principales del estudio. Es Director del Departamento de Enfermedades Infecciosas y Medicina Crítica de la Charité y jefe del grupo de investigación del Instituto de Salud de Berlín en la Charité (BIH). "La combinación de ensayos clínicos inteligentemente diseñados y análisis moleculares de alta resolución puede aportar conocimientos cruciales sobre el funcionamiento de los medicamentos. Ya en las primeras fases de prueba de nuevos fármacos, este enfoque podría identificar factores que predicen la respuesta a la terapia". En el futuro, esto podría acelerar el desarrollo de fármacos y permitir terapias personalizadas.

"Supongo que este enfoque también podrá aplicarse a otras enfermedades", afirma Florian Kurth. "Dependiendo de la enfermedad y la terapia, habrá distintas células que sirvan de indicadores. En cuanto se identifiquen mediante la secuenciación unicelular, bastarán métodos de laboratorio más sencillos ya establecidos para determinar los cambios celulares relevantes."

En investigación, este enfoque se denomina "diagnóstico de compañía", es decir, el acompañamiento simultáneo de una terapia con análisis moleculares. Anna Aschenbrenner ve la aplicación del método sobre todo en las enfermedades infecciosas: "Aquí, las células inmunitarias desempeñan un papel clave y son fácilmente accesibles a través de muestras de sangre. Pero también hay potencial para enfermedades no infecciosas con efectos sistémicos, que en última instancia afectan a todo el organismo. Porque enfermedades como el cáncer o incluso el Alzheimer también pueden reflejarse en las células inmunitarias de la sangre".

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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