Avatares" de pez cebra para diseñar terapias contra el glioblastoma

Los científicos han creado una nueva plataforma de xenoinjertos de pez cebra para buscar nuevos tratamientos contra un agresivo tumor cerebral llamado glioblastoma

09.10.2023

El glioblastoma es un tumor cerebral agresivo y difícil de tratar en adultos. Por término medio, los pacientes sólo sobreviven 1,5 años. El tratamiento estándar de esta enfermedad, que incluye cirugía seguida de radioterapia y quimioterapia, no ha cambiado en 18 años. Esto se debe en parte a que el cáncer es muy variable, con muchas diferencias entre la población de pacientes. En segundo lugar, estas células cancerosas también engañan al organismo de formas insidiosas: incluso reclutan células inmunitarias llamadas macrófagos para que les ayuden. Y en tercer lugar, están fuera del alcance de la mayoría de los fármacos contra el cáncer, cuya capacidad de penetración en los tejidos cerebrales es limitada. Además del tratamiento estándar, los oncólogos prueban fármacos en pacientes con glioblastoma sin ninguna garantía de que funcionen, lo que a menudo conlleva efectos secundarios adversos.

Lise Finotto, VIB – KU Leuven

Región cerebral de un avatar de pez cebra portador de un tumor de glioblastoma humano: células tumorales derivadas del paciente (verde) creciendo en un embrión de pez cebra con su red vascular etiquetada en amarillo, y sus macrófagos, un tipo de célula inmunitaria, en rojo.

"Estos pacientes necesitan realmente nuevas terapias", afirma el profesor Holger Gerhardt, autor principal del estudio y vicedirector científico del Centro Max Delbrück de Berlín. "Es muy importante identificar a los pacientes que sí responden a un tratamiento específico y a los que no".

Lise Finotto, autora principal e investigadora del cáncer en el Centro de Biología del Cáncer VIB-KU Leuven de Bélgica y anteriormente en el Centro Max Delbrück, y sus colaboradores principales Gerhardt y el profesor Frederik De Smet de la KU Leuven, han creado una plataforma de cribado que podría perfeccionarse para encontrar nuevas dianas de fármacos contra el glioblastoma. También podría utilizarse para comprobar si un paciente concreto responderá a una terapia. El estudio se publicó en "EMBO Molecular Medicine".

Para entender cómo pueden interactuar los macrófagos con las células de glioblastoma de distintos pacientes, los investigadores crearon "avatares" de pez cebra. El laboratorio de Gerhardt trabaja intensamente con peces cebra. Estos peces de tres centímetros de longitud se consideran buenos organismos modelo, ya que sus embriones son translúcidos, lo que permite monitorizar lo que ocurre en su interior.

Una supervivencia inesperada

Finotto investigó células madre de glioblastoma de siete pacientes recogidas por científicos del laboratorio De Smet, que está creando un banco de tejidos vivos de muestras de glioblastoma. Las inyectó en embriones de pez cebra para crear modelos de xenoinjerto, un avatar para cada paciente. Cuando tomó imágenes en vivo de los embriones, vio que las células del glioblastoma se habían adaptado bien a su nuevo entorno. Vio que el sistema inmunitario del pez cebra enviaba macrófagos como parte de una respuesta inmunitaria para controlar el tumor. Pero como es típico en el glioblastoma, los macrófagos estaban suprimidos. Los tumores tienen varios mecanismos para reprogramar los macrófagos de modo que les ayuden a crecer.

"Queríamos saber cómo revertir los macrófagos a un estado de ataque tumoral", explica Finotto. Y surgió una pista cuando observaron que el tumor de un paciente no suprimía la respuesta normal de los macrófagos.

"Al investigar más a fondo los detalles médicos, descubrimos que este paciente era lo que llamamos un 'superviviente a largo plazo'", dice De Smet de la KU Leuven. "Es un término que se utiliza para los pacientes de glioblastoma con una supervivencia de más de cinco años, lo que es excepcionalmente raro en este cáncer cerebral".

Plataforma de pruebas

Su curiosidad por el paciente se convirtió en la fuerza motriz del proyecto, afirma Finotto. Cuando cultivaron juntas las células tumorales y los macrófagos e hicieron secuenciación unicelular de ARN, descubrieron que un gen, el LGALS1, estaba regulado a la baja en el tumor del superviviente de larga duración en comparación con los demás. Estudios anteriores también habían demostrado que el silenciamiento de LGALS1 en células de glioblastoma puede prolongar la supervivencia.

Los científicos confirmaron sus resultados eliminando el gen en la muestra de otro paciente y observaron en los modelos de pez cebra que el tumor se volvía menos invasivo.

Esta plataforma podría utilizarse para identificar dianas prometedoras distintas de LGALS1 para el tratamiento del glioblastoma, afirma Finotto. Y con un poco de refinamiento, los avatares de pez cebra podrían utilizarse para identificar qué tratamientos funcionarán. Los investigadores podrían estudiar si las células tumorales de determinados pacientes injertadas en el pez cebra responden al tratamiento con diversos fármacos para encontrar los que conducen a la regresión del tumor, afirma Gerhardt.

"Armados con esta información, podríamos informar a los oncólogos y ayudarles a tomar decisiones de tratamiento más respaldadas para el paciente", afirma De Smet.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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