Rastreando a las minorías en las esponjas de cocina
Primer estudio sobre la microbiota no bacteriana en esponjas de cocina usadas
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"Los estudios anteriores sobre la microbiología de las esponjas de cocina se centraban en las bacterias. Sin embargo, hay toda una serie de otros microorganismos, como arqueas, hongos, protozoos, algas y, por supuesto, virus. Hasta ahora se sabía muy poco sobre su presencia en el "hotel de bichos de las esponjas de cocina", explica el profesor Dr. Markus Egert, que imparte clases de microbiología e higiene en el campus de Schwenningen de la Universidad de Furtwangen.
Para obtener una primera visión general de la microbiota no bacteriana de las esponjas de cocina y su importancia para la higiene de las cocinas, en un estudio piloto se llevó a cabo el llamado análisis del metagenoma de escopeta en cinco esponjas lavavajillas usadas. Para ello se extrajo todo el ADN de una muestra, se secuenció y se utilizaron los fragmentos de genes encontrados para identificar los organismos presentes.
"Nuestro estudio demostró de forma concluyente que las bacterias son realmente las que mandan en la esponja de cocina, ya que el 98% de todas las secuencias de ADN encontradas se asignaron a este grupo de microorganismos", informa el profesor Egert. Las segundas más comunes (1,6%) eran secuencias de organismos eucariotas, es decir, organismos con un verdadero núcleo celular. Entre ellos había genes de hongos, algas y protozoos animales como las amebas. Sin embargo, la mayoría de estos elementos de ADN procedían de residuos de alimentos que presumiblemente fueron recogidos por la esponja durante la limpieza.
Sólo el 0,14% de las secuencias genéticas se asignaron a virus. Los 56 géneros descubiertos eran todos bacteriófagos, es decir, virus que se reproducen en bacterias. Cada una de las cinco esponjas analizadas tenía una comunidad de virus muy individualizada. El menor número de secuencias (0,007%) se encontró en las arqueas. Las arqueas son un grupo hermano de las bacterias que, al igual que éstas, no contienen un verdadero núcleo. Los grupos individuales se caracterizan por sus capacidades metabólicas especiales, como la capacidad de producir metano, un gas de efecto invernadero. "De hecho, pudimos detectar el ADN de una arquea metanogénica en esponjas. Sin embargo, está por ver si las esponjas de cocina, al igual que otras biota de los humedales, también producen cantidades significativas de metano", explica Egert con una sonrisa. Las arqueas halófilas (amantes de la sal), que suelen encontrarse en los lagos salados, pero también en la piel humana, donde pueden desafiar la salinidad del sudor, fueron las más encontradas.
"Desde el punto de vista de la higiene, podemos dar el visto bueno tras nuestro estudio. No parece que la microbiota no bacteriana de una esponja de cocina suponga ningún riesgo especial para la salud", concluye Egert. "Sin embargo, desde el punto de vista biológico, es extremadamente interesante y puede contribuir en gran medida a nuestra comprensión del ecosistema de las esponjas de cocina. Los bacteriófagos podrían, por ejemplo, controlar la composición de las comunidades bacterianas de la esponja o promover el intercambio de genes entre bacterias. Para comprender mejor estos procesos, habría que estudiar más esponjas y ampliar la metodología analítica para incluir las moléculas de ARN, de modo que puedan detectarse tanto los virus de ARN como los de ADN", afirma Egert, de cara al futuro.
El nuevo estudio ha sido realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Furtwangen y la Universidad Justus Liebig de Gießen (Alemania). Se ha publicado en la revista científica "Archives of Microbiology" con el título "Minority report: small-scale metagenomic analysis of the non-bacterial kitchen sponge microbiota".
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