Los científicos descubren nuevos reguladores del proceso de envejecimiento
La unión de la pequeña proteína ubiquitina a otras proteínas regula numerosos procesos biológicos, como la transducción de señales y el metabolismo
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Nuestro estudio de los cambios en la ubiquitina nos ha llevado a una serie de conclusiones apasionantes con importantes conocimientos para entender el proceso de envejecimiento", afirma la Dra. Seda Koyuncu, autora principal del estudio. "Descubrimos que el envejecimiento provoca cambios en la ubiquitinación de miles de proteínas en la célula, mientras que las medidas de longevidad, como la reducción de la ingesta de alimentos y de la señalización de la insulina, evitan estos cambios". En concreto, los investigadores descubrieron que el envejecimiento provoca una pérdida general de ubiquitinación. Esto se debe a que las enzimas que eliminan la ubiquitina de las proteínas se vuelven más activas durante el envejecimiento. Normalmente, las proteínas ubiquitinadas son reconocidas y destruidas por el proteasoma, el camión de la basura de la célula. Los científicos demostraron que la longevidad de los organismos está determinada por los cambios relacionados con la edad en la degradación de las proteínas estructurales y reguladoras por parte del proteasoma. "Estudiamos animales con un proteasoma defectuoso para identificar las proteínas que se vuelven menos ubiquitinadas con la edad y, por tanto, no son limpiadas por el proteasoma y se acumulan en la célula. La acumulación de proteínas resultante conduce a la muerte celular", afirma Koyuncu. "Sorprendentemente, vimos que la reducción de los niveles de proteína de estas proteínas no etiquetadas era suficiente para prolongar la longevidad, mientras que la prevención de su degradación por el proteasoma acortaba la vida."
Además de proporcionar un amplio conjunto de datos, los investigadores demostraron que la definición de los cambios en el proteoma modificado por la ubiquitina puede conducir al descubrimiento de nuevos reguladores de los rasgos de la vida y el envejecimiento. Centraron sus análisis de seguimiento en dos proteínas específicas que carecían de etiquetado de ubiquitina durante el envejecimiento. La IFB-2, una proteína importante para la estructura celular, y la EPS-8, un modulador de una vía de señalización que regula diversos procesos celulares. Estas proteínas, que ya no se etiquetan adecuadamente en los organismos envejecidos, afectan a la longevidad en diversos tejidos. El aumento de los niveles de proteína IFB-2, por ejemplo, hace que el intestino no pueda digerir adecuadamente o absorber nutrientes y también lo hace más susceptible a las infecciones bacterianas, lo cual es una característica de los animales que envejecen. "Sorprendentemente, la supresión del IFB-2 en los C. elegans adultos fue suficiente para restablecer el funcionamiento normal del intestino", afirma Koyuncu. Una cantidad excesiva de EPS-8 en las células activa en exceso una vía de señalización específica (RAC) en las células musculares y cerebrales. El equipo descubrió aquí que la vía de señalización RAC determina la longevidad, la integridad muscular y la motilidad.
"Nuestros hallazgos pueden apuntar a nuevas formas de retrasar el proceso de envejecimiento y mejorar la calidad de vida en la vejez. En particular, hemos establecido un vínculo novedoso entre el envejecimiento y los cambios generales en el proteoma modificado por la ubiquitina, un proceso que influye activamente en la longevidad", dijo el coordinador del estudio, David Vilchez, jefe del grupo de investigación del CECAD y del Centro de Medicina Molecular de Colonia (CMMC). "Nuestros resultados y el rico conjunto de datos pueden tener importantes implicaciones para varias prioridades de investigación, como el envejecimiento, la ubiquitinación y otros procesos celulares".
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