La genética del riesgo de suicidio
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En gran medida, el suicidio es un tema tabú. Pero si alguien decide poner fin a su vida, esto es particularmente difícil para los miembros de la familia y siempre plantea muchas preguntas. En todo el mundo, alrededor de 800.000 personas se suicidan cada año, siendo la cifra más reciente para Austria de aproximadamente 1.200 (a partir de 2016). Según las estimaciones, es probable que los intentos de suicidio superen estas cifras en un factor de 10 a 30.
Esto plantea la pregunta de cómo se puede identificar el riesgo de suicidio, cómo se puede reconocer a tiempo y cómo se pueden tomar medidas preventivas. Los investigadores están investigando estas cuestiones en relación con uno de los trastornos afectivos más comunes, la depresión. La depresión a menudo se asocia con pensamientos suicidas o intentos de suicidio. Ahora hay evidencia clara de que la depresión también puede tener causas genéticas. Los investigadores también han encontrado rastros en los cerebros de los afectados que sugieren una predisposición al suicidio. Sin embargo, muchas preguntas siguen sin respuesta, especialmente en lo que se refiere a la interacción de los factores biológicos y ambientales. Un equipo de investigadores dirigido por Alexandra Schosser, médico de la Universidad Médica de Viena, ha investigado específicamente el tema de la interacción y ha explorado cómo los biomarcadores que indican el riesgo de tomar la propia vida difieren de los de la depresión, es decir, si en realidad existen rastros genéticos de riesgo de suicidio.
La línea entre la depresión y el suicidio
En un estudio clínico, los científicos examinaron el genoma de 846 pacientes que sufrían de depresión (80 por ciento) u otro trastorno afectivo. A diferencia del enfoque adoptado en estudios anteriores, no compararon el comportamiento suicida con el de personas sanas, sino con datos del grupo de pacientes con trastornos afectivos para distinguir los genes que confieren un riesgo de suicidio más allá de cualquier riesgo conferido por los trastornos afectivos. Además de este análisis genético, también se incluyeron en el estudio factores epigenéticos e influencias ambientales. Schosser y su equipo han llevado a cabo extensas entrevistas de diagnóstico para determinar el alcance del riesgo potencial y real de suicidio con el fin de comprender mejor la interacción entre las predisposiciones genéticas y los factores ambientales.
El trauma infantil aumenta el riesgo en las mujeres
Uno de los aspectos explorados por los investigadores fue la influencia del trauma infantil en los intentos de suicidio. Encontraron una correlación significativa en las mujeres, pero no en los hombres. Según el estudio, las experiencias traumáticas de la infancia en las mujeres conducen a un aumento de los intentos de suicidio y de la conducta autodestructiva. "Encontramos que nuestra hipótesis confirmó que las personas afectadas por el trauma infantil tienen un mayor riesgo de suicidio", informa Alexandra Schosser. "Hemos identificado tanto genotipos individuales asociados con intentos de suicidio como alteraciones epigenéticas. Los análisis genéticos mostraron que el gen COMT, que tiene un impacto en el neurotransmisor dopamina, está asociado con los intentos de suicidio y se ha demostrado que influye en la gravedad del riesgo de suicidio. En las mujeres suicidas, la expresión génica de la COMT disminuyó mientras que el nivel de expresión génica de la oxitocina aumentó.
Perspectivas prometedoras
Los investigadores encontraron otra indicación de la relación entre el trauma infantil y los intentos de suicidio en un gen (CRHR1) del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (eje HPA), que está involucrado en el desarrollo de enfermedades afectivas. "El estudio nos ha proporcionado información prometedora sobre la predisposición genética al comportamiento suicida", dice Alexandra Schosser al resumir los resultados. También señala que en los análisis se encontraron genotipos protectores para los intentos de suicidio. El psiquiatra y psicoterapeuta subraya la importancia de conocer los factores biológicos, especialmente en el caso de las enfermedades mentales, ya que esto puede aportar mayor claridad a los afectados y ayudar a reducir la estigmatización. Al igual que otras enfermedades, las enfermedades mentales están influenciadas por los genes y el medio ambiente.
Los investigadores del suicidio esperan que los análisis genéticos proporcionen nuevos enfoques terapéuticos. Además, en el futuro puede ser posible identificar a los pacientes de alto riesgo en la práctica clínica e iniciar las acciones preventivas adecuadas. Todavía hay muchas preguntas que la investigación necesita responder, especialmente sobre los cambios epigenéticos, como enfatiza Schosser. En un proyecto de seguimiento, quiere evaluar más a fondo los datos de los pacientes y también recopilar datos a largo plazo en un proceso de evaluación integral con la colaboración de los afectados.
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Publicación original
Birgit Ludwig, Klemens Kienesberger, Laura Carlberg et al.; "Influence of CRHR1 Polymorphisms and Childhood Abuse on Suicide Attempts in Affective Disorders: A GxE Approach"; Frontiers in Psychiatry; 2018.
Alexandra Bernegger, Klemens Kienesberger, Laura Carlberg et al.; "The Impact of COMT and Childhood Maltreatment on Suicidal Behaviour in Affective Disorders"; Scientific Reports; 2018.
Alexandra Bernegger, Klemens Kienesberger, Laura Carlberg et al.; "Influence of Sex on Suicidal Phenotypes in Affective Disorder Patients with Traumatic Childhood Experiences"; PLoS ONE, 2015.