El ADN antiguo revela la compleja prehistoria genética de América
En un estudio independiente, publicado en Science Advances, que se centra en la prehistoria genética de los Andes sudamericanos, John Lindo y sus colegas encuentran que la adaptación genética y cultural a las condiciones extremas de los entornos andinos de gran altitud, desde los primeros pobladores de la región hasta el contacto europeo, fue un proceso complejo, aunque relativamente rápido. La evidencia arqueológica sugiere que la primera ocupación humana permanente de las tierras altas andinas comenzó más de 12 000 años antes del presente (AP). Debido al estrés de la vida a grandes alturas, como bajas temperaturas, bajo nivel de oxígeno y fuerte radiación UV, la presión selectiva sobre la genética humana y los procesos sociales llevó probablemente a adaptaciones biológicas y sociales únicas. Sin embargo, a pesar de ser ampliamente considerada como un laboratorio natural para el estudio de la adaptación humana a entornos de elevada altitud, la genética de las poblaciones andinas de las tierras altas no es muy conocida. Para explorar la historia de las poblaciones de los montañeses andinos, John Lindo y sus colegas compilaron una serie temporal de genomas antiguos, derivados de restos arqueológicos que abarcan tres períodos culturales distintos que datan de 6800 a 1400 años AP. Estas secuencias fueron comparadas con otras de poblaciones sudamericanas modernas y prehistóricas de tierras bajas y altas, así como con antiguos nativos americanos de otros lugares. El análisis de Lindo et al. revela varios hallazgos significativos relacionados con la prehistoria genética de los Andes. Según los autores, las poblaciones permanentes de las tierras altas se establecieron entre 9200 y 8200 años AP, una fecha anterior a la que indican los estudios realizados solamente en genomas modernos. Además, los resultados indican los rasgos genéticos que se modificaron debido a los estresantes factores ambientales. Sorprendentemente, los genes relacionados con la adaptación a la hipoxia (deficiencia de oxígeno) no se encontraban entre las señales más fuertes para la selección positiva. En su lugar, se apreciaron modificaciones en los genes asociados con la sangre y el corazón, lo que confirma hipótesis previas de que los andinos nativos pudieron haberse adaptado a grandes alturas a través de modificaciones cardiovasculares. La señal de selección más fuerte resultó asociada con la digestión del almidón, que puede constituir una respuesta adaptativa a la dependencia de la agricultura y a la dieta rica en almidón basada en patata y maíz que durante milenios caracterizaron a la región. Además, Lindo et al. demostraron cómo el contacto con Europa puede haber afectado a la genética andina en los últimos 500 años mediante la identificación de una selección positiva de genes asociados directamente con la resistencia a enfermedades que probablemente trajeran consigo los primeros europeos.